El rey emérito Juan Carlos I atraviesa una etapa muy delicada de su vida, probablemente una de las más complicadas en lo que respecta a su salud. A punto de cumplir 88 años, su estado físico se ha deteriorado notablemente en los últimos años. Aunque desde hace tiempo depende de un marcapasos y ha tenido que someterse a diferentes tratamientos médicos, lo que más le limita hoy en día son los problemas de movilidad derivados de una artrosis avanzada. Esta enfermedad degenerativa ha afectado de forma especial a su pierna izquierda, hasta el punto de dejarla prácticamente inmovilizada.

Los especialistas que lo tratan han insistido en que lo más recomendable sería que utilizara una silla de ruedas para desplazarse, pero Juan Carlos siempre se ha resistido a esa idea. No quiere que lo identifiquen como alguien completamente dependiente y prefiere mantener la imagen de cierta autonomía. Por ello, cada vez que aparece en público suele hacerlo apoyado en un bastón y, casi siempre, con la ayuda de su personal de seguridad. En el pasado incluso probó terapias innovadoras, como tratamientos con células madre y plaquetas dentro del ámbito de la medicina regenerativa, pero los resultados no fueron los esperados.
Esta situación mantiene en tensión a toda su familia. Aunque la movilidad es un tema preocupante, en estos momentos los médicos han señalado otro aspecto igualmente relevante: los largos viajes en avión que realiza desde Abu Dabi ya no son recomendables para su edad ni para su condición física. Por ello, la familia y su entorno cercano han considerado que lo mejor es que deje de residir en Emiratos Árabes y se instale de forma definitiva en un lugar más cercano. La opción elegida ha sido Portugal, concretamente la zona de Cascais, en las afueras de Lisboa, donde ahora estaría viviendo.
Juan Carlos podría padecer demencia
Sin embargo, más allá de los problemas físicos, lo que realmente inquieta a sus hijos es el deterioro de su memoria. Felipe VI, junto con las infantas Elena y Cristina, se ha reunido con los médicos para tratar este asunto, que cada vez se hace más evidente. El periodista y escritor José Antonio Zarzalejos ya lo adelantó en 2021 en uno de sus libros, donde hablaba de una posible demencia senil incipiente. Según sus palabras, Juan Carlos sufría entonces fallos de memoria más a largo plazo que inmediata, dificultades para evaluar sus propias conductas y una relación complicada con la realidad. Incluso describía cómo tendía a victimizarse y a vivir en una especie de burbuja que le impedía reconocer la magnitud de sus actos.
Con el paso de los años, todo indica que esta situación ha avanzado. En su entorno se comenta que olvida nombres, confunde amistades de toda la vida y en ocasiones se muestra desorientado. Para sus hijos, ver esta evolución resulta especialmente duro y se ha convertido en el principal motivo de preocupación dentro de la familia.
