Veinte años ha tardado en estallarle a la Casa Real uno de los temas más polémicos desde que Juan Carlos I accedió al trono: las relaciones extramatrimoniales con Bárbara Rey.

Tras dos décadas de rumores, esta semana están saliendo a la luz detalles de todo tipo sobre la relación de Juan Carlos y la vedette más famosa de España... ahora que en el poder no está el Rey emérito, sino su hijo, Felipe VI.

Según publica este viernes OK Diario, el ex monarca y su amante se reunían secretamente en un chalet de la calle Sextante, nº. 6, del barrio de Aravaca, a las afueras de Madrid, a petición del Rey emérito. "Era un sitio frío, desocupado y vulgar, y la nevera siempre estaba vacía", ha explicado la vedette.

La casa de los encuentros. Google Maps

La pareja accedía por separado a la casa a través de la entrada del garaje privado, para no ser descubiertos por los vecinos. En el chalet trabajaba una empleada doméstica contratada por el CESID -el antiguo CNI-, la que, entre de otro trabajos, tenía que rellenar de fruta y champán la nevera, así como dejar perfume Eternity en el lavabo y crema Nivea. Según Bárbara Rey, ellos no eran los únicos personajes conocidos que se reunían en la casa.

El chalet fue alquilado en el año 1991 por orden del director del espionaje español. Posteriormente, el asunto Juan Carlos I-Bárbara Rey fue clasificado de "máximo secreto".

Bárbara Rey: "Temí por mi vida"

Entre 1996 y 1997, la amante del Rey emérito tuvo que vender su silencio por 500 millones de pesetas (3 millones de euros), con el fin de desprenderse de grabaciones de audio y vídeo de las citas que mantenía con Juan Carlos I.

Durante aquel proceso, asegura, llegó a temer por su vida. La artista habría acudido a un abogado para explicarle la situación: el CNI quería hacerle el ingreso del dinero en una cuenta bancaria de Luxemburgo, pero ella temía que fuera una jugarreta. "Me parecía todo muy extraño. Me podían ingresar dinero de la droga, del tráfico de armas o del negocio de la trata de blancas, y yo acabar en una prisión de Luxemburgo (...) Temí que me liquidaran", ha confesado la misma Bárbara Rey.

Los amores del Rey, de hace dos décadas... más a la orden del día que nunca.