Joaquín Abad cuenta en su libro ‘Letizia: una biografía no autorizada’ el primer aborto de la reina. Hay que situarse en 1996, la periodista ya había regresado a Madrid después de romper un matrimonio en México. Según el periodista, la madre de Leonor y Sofía mantuvo una relación con el jefe del periódico Siglo XXI, donde trabajaba. Según Maica Vasco, la entonces periodista no se enamoraba de nadie, solo buscaba un interés profesional. Ella era una mujer muy ambiciosa y solo quería escalar posiciones en su carrera en los medios de comunicación. Sus compañeros de TVE, que la conocían muy bien, aseguran que si hubiese querido hubiese llegado a directora de los informativos. Nunca se imaginó que se convertiría en reina y todo esto saldría a la luz.
Precisamente, este supuesto embarazo sería fruto de haber mantenido relaciones íntimas con el jefe del periódico de Siglo XXI. Aquel hombre estaba casado y tenía hijos. Se enamoró de la belleza y la profesionalidad de la reina. Y estuvo decidido a romper su matrimonio, pero cuando lo hizo, la mujer de Felipe VI volvió a Madrid y se olvidó de él haciéndole mucho daño.
Letizia abortó hasta en dos ocasiones y pidió que eliminasen las pruebas
Pero Letizia volvió a México para abortar sin que la descubriese nadie. Isidre Cunill, en su libro ‘Letizia Ortiz: una republicana en la Corte de Juan Carlos I’, reveló que Letizia tuvo otro aborto en México, a principios de 1996, cuando era estudiante. Este procedimiento se llevó a cabo en el hospital Médica Sur del Distrito Federal.
Cuando abortó, Letizia ya era pareja de Jim Russo, pero aún se veía con Alonso Guerrero aunque su matrimonio estaba tocado y hundido, y poco después conoció a Jaime del Burgo.
Pero no habría sido el único embarazo de la reina. Cuando mantenía una relación discreta con David Tejera, y en aquella época ya se veía con Jaime del Burgo, se quedó embarazada del periodista y volvió a abortar, aunque esta vez en Madrid, concretamente en la clínica Dator. La reina confesó este episodio a Felipe VI para que le ayudase a borrar todas las pruebas y que no le pudiese afectar en el futuro en su reinado. Le encargaron esa misión a David Rocasolano, tal y como describe detalladamente en su libro.
Según Rocasolano, Letizia pagó 240 euros para interrumpir su embarazo el 27 de octubre de 2002. La factura del aborto llegó al propietario de la editorial Foca, Ramón Akal, quien insistió a Rocasolano para que escribiera sobre el asunto.
En su libro, David Rocasolano relata: "La voz de Felipe elevó mis niveles de atención. Aún no estaba acostumbrado a que un príncipe se dirigiera a mí, ni en esos términos ni en ningún otro. ‘Lo que quiero es que desaparezcan todos los papeles. Todos’", habría dicho Letizia. Rocasolano quemó los documentos como se le ordenó para que no quedara rastro. “Si me eligieron a mí para limpiar el rastro, es porque no tenían a nadie más. Felipe no se atrevió a encargárselo a alguien de su entorno por temor a que la información se filtrara al rey. Es bien sabido que Juan Carlos y Sofía se opusieron desde el principio a que Felipe se casara con una divorciada”, añade Rocasolano.