Victoria Federica atraviesa un verano algo movido. A la reciente lesión en el pie que la obligó a frenar su ritmo habitual, se suma ahora la noticia de su supuesta ruptura con Borja Moreno, con quien llevaba meses de relación. Pero lo que más ha llamado la atención no es el final de la historia, sino quién estaría detrás del desenlace: su padre, Jaime de Marichalar.

Según apuntan desde círculos próximos al entorno familiar, el exduque de Lugo no veía con buenos ojos la relación de su hija. Al parecer, el perfil del joven no encajaba del todo con lo que Jaime consideraba adecuado para Victoria. Más allá de diferencias personales, habría pesado la visión de futuro y el deseo de que su hija esté rodeada de personas que aporten estabilidad, discreción y una vida alejada del ruido mediático.

Presión silenciosa y ruptura en el aire

La decisión final, como siempre, corresponde a Victoria, pero todo indica que la presión familiar habría tenido su efecto. No se trataría de un conflicto abierto, sino más bien de una suma de mensajes, gestos y conversaciones que habrían ido marcando una dirección clara: cortar por lo sano. Jaime, fiel a su estilo reservado, habría manifestado su postura sin escándalos, pero con firmeza.

Victoria Federica i Borja Moreno fa uns mesos   Gtres
Victoria Federica i Borja Moreno fa uns mesos Gtres

El entorno de Borja, por su parte, tampoco parecía del todo cómodo con la exposición que conlleva estar vinculado a una figura como Victoria Federica. Las diferencias en estilo de vida, prioridades y maneras de afrontar lo público podrían haber terminado por distanciar a la pareja, hasta hacer la situación insostenible.

Mientras tanto, Victoria ha optado por un perfil más bajo en estas semanas. Su actividad en redes ha disminuido y, tras su lesión, ha centrado su atención en la recuperación. Algunos interpretan este silencio como una etapa de transición, donde se replantean muchas cosas, incluida su vida sentimental.

Aunque no hay confirmaciones oficiales, todo parece indicar que ha sido una ruptura tranquila, sin grandes dramas, pero con decisiones firmes detrás. Y en ese proceso, la figura de Jaime de Marichalar habría sido clave. No desde la imposición, sino desde la influencia silenciosa que, en determinadas familias, pesa tanto o más que cualquier consejo directo.