La vida de Jaime de Marichalar se ha convertido en una batalla silenciosa contra Zarzuela. Ya no disimula. El exmarido de la infanta Elena lleva tiempo masticando su enfado y ahora lo comparte con su entorno: le han llegado noticias de que Felipe VI y su equipo están moviendo hilos para que su hijo Froilán no consiga trabajo en España. Los reyes no quieren que vuelva de forma permanente a España para que no incordie. El sobrino del rey, con contrato roto en Abu Dabi, sueña con volver a Madrid, pero se encuentra con un muro invisible que no le permite ni siquiera una oportunidad.

Froilán i Miri Perez  Telecinco
Froilán i Miri Perez Telecinco

La historia se repite. Froilán ha sido el quebradero de cabeza de la Casa Real durante años. Sus escapadas nocturnas, peleas o sus líos en discotecas. En Zarzuela le ven como una bomba a punto de estallar. La solución fue sacarlo del país. A Abu Dabi, junto a su abuelo, Juan Carlos I. Allí, becario de lujo en una petrolera, con 7.000 euros al mes y un piso envidiable. Pero el chollo se acabó. No le renovaron y ahora está en paro.

El problema es que Froilán no quiere quedarse en Emiratos y menos ahora que no está su abuelo y se encuentra solo. Lo ha confesado a sus amigos más cercanos. Su sitio está en Madrid, con los suyos, con su pandilla de siempre. Y aquí es donde empieza el drama. Felipe VI no quiere ni oír hablar de su regreso. Considera que sería volver a darle alas a un sobrino incómodo, con un historial de portadas que ponen de los nervios a Letizia. Pensaban que con este castigo se enderezaría, pero a sus 27 años no ha habido ningún cambio.

Felipe VI mueve los hilos para que no contraten a Froilán en España 

Marichalar, en cambio, defiende a su hijo a capa y espada. Le ofrece su casa en el barrio de Salamanca, un lugar donde empezar de cero. Pero nada: cada vez que algún empresario se interesa por él, llega la llamada. “Mejor no”. Un veto real, aunque nunca lo reconozcan. Y Jaime, que ya no soporta los desplantes de Zarzuela, se queja en voz alta. Cree que se está siendo injusto con Froilán, que todos tienen derecho a equivocarse y a rehacerse.

La infanta Elena, como siempre, no quiere problemas y aunque desea tener a su hijo en casa sabe que lo mejor es que esté lejos, por ahora. Mientras tanto, el padre y la madre chocan de nuevo. Otro capítulo más de un divorcio que nunca se cerró del todo.

Zarzuela vuelve a demostrar que la familia real solo lo es de puertas afuera. Froilán quiere trabajar en España, pero el veto de su tío, el rey, pesa más que cualquier currículum.

Froilán y la infanta Elena / Gtres
Froilán y la infanta Elena / Gtres