La prensa del corazón, como el resto, va a velocidad de crucero. En tiempo de redes sociales, de inmediatez, de caducidad a los pocos segundos, de noticias que sustituyen a otras en cero coma, los temas que ocupan las portadas se solapan a una velocidad de vértigo. Ahora le ha tocado el turno a Ana Obregón, madre nuevamente, o yaya para ser más exactos. Pero hasta no hace mucho, el tema estrella era el de la sonada separación de Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa. El escritor peruano y la celebrity filipina partían peras y se dedicaban sarcásticas indirectas sobre su relación, ya del todo irrecuperable. Cada uno por su camino, ha hecho borrón y cuenta nueva y mira hacia el futuro. También en materia sentimental. Vargas Llosa quién sabe si reanudando la relación con su prima y expareja Patricia Llosa. Pero, ¿y la Preysler?

Tal como recuerda la gran Pilar Eyre en su artículo semanal de la revista Lecturas, la celebrity lleva ya "¡Ciento veinticinco días! Es el tiempo que lleva Isabel Preysler sin pareja. Una marca que no ha conseguido en sus 72 años de vida, ya que siempre ha empalmado, cuando no superpuesto, sus relaciones". La escritora, maravillosa como siempre, menciona una cifra que llama la atención, teniendo en cuenta el historial al cual nos tiene acostumbrados. Y recuerda el currículum sentimental de la Preysler, que después de Julio ("Yo soy tu padre, y lo sabes") Iglesias, fue con Griñón, Miguel Boyer y Mario Vargas Llosa. "Dado que lo de Alfonso Díez, el viudo de Cayetana, no ha terminado de cuajar, y como ni por un momento hemos pensado que una señora tan fascinante como Isabel Preysler haya decidido tirar la toalla para pasar el resto de su vida con la única compañía de sus nietecillos, nos hemos propuesto echarle una mano". ¿Cómo? Haciendo un exhaustivo estudio de mercado y poniendo encima de la mesa algunos nombres que encabezan la lista de pretendientes hipotéticos y futuribles que sorprenderá a más de uno y "que, estoy segura, cumplirán sus amplias expectativas," dice con socarronería Eyre.

La lista comprende algún nombre curioso, por ejemplo, alguien que hace unos días rondaba a la infanta Elena y que buena parte de la prensa ha definido como "famoso, forrado y una fiera bajo las sábanas". ¿Quién? Luis Miguel Rodríguez, conocido popularmente como 'El chatarrero'. Un picaflor con tendencia a ir de una cama a otra, ex de Agatha Ruiz de la Prada o Carmen Martínez Bordiú, y como avisa la escritora, "un juguetón y un coqueto, no se contenta con una sola, debe tener muchas manzanas en el cesto. Cuernos asegurados".

Otro empresario, visto como "la presa más codiciada, no solo por Isabel, sino por todas las señoras ‘bien’ desde que se quedó viudo, hace 11 años" es alguien que tiene pasta por un tubo, uno de los hombres con más dinero y sobre todo, poder, de España. Florentino Pérez. El presidente del Real Madrid, sin embargo, "es amante de la discreción y de la vida tranquila, huye de los fotógrafos y de las fiestas patrocinadas. No baila". Tampoco tienen pinta de bailongos Carlos Fitz-James Stuart, duque de Alba, José Bono, exministro del PSOE o el periodista Raúl del Pozo. El primero, a priori vuelve a estar soltero después de un pequeño affaire con Alicia Koplowitz, y separado de Matilde Solís. ¿Handicap?: "Tiene fama de ser hombre culto y amable, pero aburrido". El segundo no tiene pareja desde que se separó en el 2010, pero "es católico practicante y exigiría casarse por la iglesia". Y el tercero, intelectual como Vargas Llosa, "con unos legendarios ojos verdes que han roto muchos corazones, viudo, un alma libre e indomable". Y ahora viene la traca final sensacional, que empieza con dos nombres muy ligados a la monarquía española. El primero, lo que sería una bomba: el rey Juan Carlos.

"A Isabel solo le falta una muesca en su pistola: un rey". El emérito, aburrido en Abu Dhabi, y mujeriego como hay pocos. ¿Inconveniente?: "Ha manifestado alguna vez no entender la capacidad de seducción de Isabel". O su exyerno, Jaime de Marichalar, ex de la infanta Elena, amante de la moda y los desfiles como la Preysler. Pero como bien apunta la autora, ¿se imaginan unas cenas familiares donde compartieran mesa dos influencers como Tamara Falcó y Victoria Federica, hijas de la hipotética pareja? Cierran la lista un torero, ella que es gran aficionada, como José Ortega Cano; un cómico y acostumbrado al papel couché por su affaire con la Campos, como Bigote Arrocet, que se pasaría el día diciéndole a la Preysler aquello de "piticlín, piticlín" e incluso, un catalán ilustre. ¿Quién?... Josep Carreras.

Eyre ve en el tenor catalán un nombre de pedigrí en este inventario de futuribles, que "está suelto desde que se separó de una azafata alemana llamada Jutta hace trece años, es un hombre entrañable, muy querido, gran viajero, con una agenda privilegiada y amigos en las altas esferas de todo el mundo". ¿Hará caso Isabel Preysler a la lista propuesta por Pilar Eyre? Tendría que. Estaremos atentos.