Irene Urdangarin ha sido considerada como la persona que desentona en su distinguida familia. Mientras que los hijos de la infanta Cristina son reconocidos por su diligencia y respeto, todos ellos están persiguiendo sus sueños académicos y profesionales, con una excepción notable: la hija menor, Irene, quien está causando preocupación a su madre debido a su comportamiento inusual.

Irene, la benjamina de la familia, ha sido motivo de constante preocupación para la infanta Cristina. Anteriormente, compartían una complicidad especial, ya que vivían juntas. Sin embargo, desde el divorcio de sus padres, Irene ha mostrado signos de desorientación y falta de concentración en sus objetivos.

Pablo Irene i Iñaki Urdangarin, Instagram
Pablo Irene i Iñaki Urdangarin, Instagram

Irene, la oveja negra de la familia Urdangarin 

A pesar de los esfuerzos de la familia por desmentir las afirmaciones negativas sobre Irene, hay evidencia que sugiere lo contrario. Según informes de "Monarquía Confidencial", Irene no logró ingresar a la Universidad de Lausana debido a su bajo puntaje en los exámenes de ingreso, no por elección propia de tomarse un año sabático. Actualmente, se encuentra realizando trabajo voluntario en Camboya, posiblemente como una estrategia para desviar la atención de sus dificultades académicas.

Personas cercanas a Irene afirman que sus últimos años en la escuela fueron problemáticos, con un rendimiento académico deficiente que la puso al borde de repetir curso. Su interés inicial era estudiar Dirección y Administración Hotelera en la Universidad de Lausana, pero su incapacidad para pasar los rigurosos exámenes la obligó a reconsiderar sus planes.

Irene Urdangarin en Camboya
Irene Urdangarin en Camboya

La infanta Cristina, confiando plenamente en su hija, invirtió una considerable suma de dinero en las pruebas de ingreso a la universidad, solo para descubrir que Irene no cumplía con los requisitos académicos. Este revés ha dejado a la madre preocupada por el futuro de su hija, temiendo que pueda tomar un camino poco convencional, como convertirse en influencer, una opción que no cuenta con su aprobación.

La preocupación de la infanta Cristina se fundamenta en su deseo de proteger la imagen de sus hijos de cualquier exposición mediática negativa, especialmente después de los problemas que enfrentaron en Barcelona durante el escándalo del caso Nóos. Por lo tanto, está decidida a evitar que la situación se repita, esta vez en el ámbito de las redes sociales.

La infanta Cristina no quería a un hijo en casa sin hacer nada, así que le obligó a realizar un voluntariado para mantenerse ocupada y que no tenga que dar explicaciones de un bajo nivel académico. Pero fuentes cercanas a Zarzuela aseguran que faltaba mucho a clase y le costaba prestar atención, habían llamado la atención a su madre en varias ocasiones. En Camboya también está dando demasiados quebraderos de cabeza.