El verano para los Borbón ha comenzado como siempre: en Mallorca. El mismo escenario. La misma rutina. Pero con un detalle imposible de ignorar: no están los cuatro juntos fuera de los actos oficiales.
El rey Felipe VI fue el primero en llegar. Aterrizó el 26 de julio. Solo. Sin Letizia. Sin sus hijas. Aprovechó para participar en la Copa del Rey de Vela y dejarse ver con amigos. Unos días más tarde apareció la reina Letizia junto a la princesa Leonor y la infanta Sofía.
Su primera aparición fue el 31 de julio. Las tres, sin Felipe, acudieron a los cines Rívoli. Mientras ellas veían un documental el jueves, el rey disfrutaba de un concierto de Jaime Anglada el viernes. No hubo coincidencia.

Vidas separadas salvo en compromisos oficiales
El lunes llegó la recepción oficial en Marivent. Más de 600 invitados. Allí sí se juntaron. Foto en familia. Sonrisas medidas. Fue también el debut de Leonor y Sofía en este acto. Al día siguiente, los cuatro estuvieron en Sa Llonja, visitando una exposición de Joan Miró. Y ahí terminó todo.
El resto de las vacaciones siguió con la misma dinámica: juntos solo para el compromiso. Separados en todo lo demás. Ni cenas en común. Ni paseos. Ni un momento de ocio compartido que no fuera estrictamente protocolario. De hecho, ni se han alojado en los mismos espacios. Felipe se ha quedado en el palacio principal de Marivent. Letizia, Leonor y Sofía han estado en Son Vent, dentro de la finca, pero en otro edificio.

Los rumores de ruptura llevan años sonando. La relación, dicen expertos como Pilar Eyre, es la de un “equipo de trabajo”. No hay vida de pareja. Solo agenda y deberes. Desde 2013, los roces han ido a más. La abdicación de Juan Carlos I y los comentarios sobre supuestas infidelidades han terminado de congelar cualquier vínculo personal. En el pasado, después de Mallorca, la familia hacía un viaje privado juntos. Eso ya no existe. Ahora cada uno toma un rumbo distinto.
Ya no hay vacaciones familiares
Letizia se irá a Spetses, una isla privada griega. Ha reservado una villa de lujo de la familia real holandesa. Acceso directo al mar Egeo. Privacidad absoluta.
Las hijas del rey también tienen sus propios planes. No se sabe el destino. Solo que no estarán con sus padres. Leonor habría alquilado un yate de 4.000 euros la noche para disfrutar con amigos. Sofía, más discreta, optará por escapadas lejos de los focos.

El rey Felipe, por su parte, abandonó Mallorca el miércoles rumbo a Madrid. Pasará unos días en Zarzuela junto a su madre, la reina Sofía. La salud de esta preocupa cada vez más. Su fragilidad física y emocional se ha hecho evidente. Además, la situación de Irene de Grecia agrava la inquietud. Felipe quiere acompañar a su madre antes de hacer su propio viaje privado. Aún no se sabe el destino. Tampoco si saldrá de España.
Lo que sí está claro es que este verano, como los últimos, confirma una realidad: la familia real española solo se reúne para la foto. Entre sus ‘compromisos’, Leonor y Sofía pasarán algunos días con su padre y otros con su madre. Pero nada en conjunto. Detrás de las sonrisas oficiales, cada uno vive unas vacaciones separadas. Y las hijas del rey ya saben lo que es tener a sus padres en mundos distintos.