La historia de Juan Carlos I siempre estuvo marcada por sus romances, sus excesos y la distancia con la reina Sofía, a quien nunca amó. Obligado a casarse por motivos de Estado, el entonces príncipe buscaba consolidar la unión de dos coronas. Sin embargo, en su vida privada forjó una reputación inquebrantable: la de un hombre rodeado de mujeres, al que apodaban “el depredador sexual”. Se calcula que más de cinco mil nombres pasarían por su lista, muchas de ellas famosas, actrices, artistas y presentadoras.

Marta Gayà i senyora acompanyant Joan Carles a Abu Dhabi / Telecinco
Marta Gayá y señora que acompaña a Juan Carlos en Abu Dabi / Telecinco

Entre tantas, solo tres lograron ocupar un lugar especial en su corazón: Bárbara Rey, Corinna Larsen y Marta Gayà. Con las dos primeras el final fue turbulento. La actriz terminó denunciando presiones, mientras que Corinna, durante años, se convirtió en un problema judicial y mediático que todavía pesa sobre la Casa Real. Con Marta Gayà, en cambio, todo fue diferente. Leal, discreta y siempre en la sombra, la mallorquina permaneció a su lado sin traiciones ni escándalos.

Marta Gayà figura en el testamento de Juan Carlos I 

Por eso, en su última etapa de vida, Juan Carlos I habría tomado una decisión que ha sorprendido incluso a sus allegados. Según fuentes próximas, la infanta Elena es la elegida para proteger a Marta Gayà cuando él falte. La orden es clara: cuidarla, garantizar su seguridad y asegurar que no le falte nada. El emérito sabe que Felipe VI renunció a su herencia, y que solo sus hijas Elena y Cristina serán quienes reciban lo que deje escrito. Una parte de ese legado irá destinada a la mujer que, a ojos de muchos, fue su verdadero amor.

Marta Gayà vive discretamente en Suiza, y allí recibe de vez en cuando la visita del rey emérito, que la sigue considerando esencial en su vida. Para Juan Carlos, ella representa la tranquilidad, la compañía honesta que no encontró ni en Bárbara ni en Corinna. Quizá por eso quiere asegurar que, cuando él ya no esté, su recuerdo se prolongue en cuidados y atenciones a través de la hija más leal a su figura: la infanta Elena.

Así, el círculo íntimo del emérito quedaría sellado con un gesto que mezcla amor, gratitud y estrategia familiar. Marta Gayà no fue reina, pero sin duda fue la mujer más importante en la vida de Juan Carlos I.

Juan Carlos I en Sanxenxo, mayo 2025 / EFE
Juan Carlos I en Sanxenxo, mayo 2025 / EFE