La infanta Elena ha dicho basta. Después de once años siguiendo sin rechistar las directrices de su hermano, Felipe VI, ha decidido romper filas. El motivo no es menor: la batalla que enfrenta al actual rey con su padre, Juan Carlos I, ha alcanzado un punto crítico.
Todo comenzó con 'Reconciliación', las memorias que el emérito publicará el próximo 12 de noviembre con la editorial Planeta. Un libro que recorre medio siglo de historia. Desde su proclamación en 1975 hasta su abdicación en 2014. Pero no se queda ahí. Juan Carlos quiere presentarlo personalmente en Madrid. Y eso, para Felipe, es un desafío abierto.
La situación se ha complicado aún más con un interés inesperado: Netflix. Según reveló The Objective, la plataforma negocia con los abogados del emérito para producir una serie de al menos seis capítulos sobre su vida. Con reparto internacional, estilo The Crown y una narrativa que abarcaría tanto sus logros políticos como sus escándalos fiscales. Entre ellos, donaciones saudíes, sus regularizaciones con Hacienda y sus complejas relaciones diplomáticas.

Netflix y Juan Carlos ponen en jaque al rey Felipe VI
El proyecto podría reportar 20 millones de euros. Una cifra que en el entorno del emérito suena más que tentadora. Pero para Zarzuela es un riesgo. Felipe teme que un producto audiovisual de alcance global exponga detalles íntimos, polémicas financieras y contactos internacionales que podrían erosionar la imagen de la monarquía en un momento frágil.
Por eso, el rey ha sido tajante. Ha amenazado el gran deseo del emérito desde su exilio en Abu Dabi: volver a vivir en su país, España.
En la familia, las posiciones se han polarizado. Felipe y Letizia forman un bloque cerrado. No quieren que Juan Carlos recupere protagonismo mediático ni que se destapen secretos guardados durante años. En el otro lado están las infantas Cristina y Elena. Cristina intenta mediar, buscando un encuentro en terreno neutral. Pero Elena ha optado por la confrontación directa.

La infanta Elena se planta con Felipe VI
Tras once años de disciplina y silencio, ha decidido enfrentarse a su hermano. Cree que Juan Carlos I tiene todo el derecho a publicar sus memorias, presentarlas donde quiera y aceptar el contrato con Netflix. No ve en ello una amenaza, sino un acto de libertad personal. Y, como siempre, se mantiene firme en su papel de defensora incondicional de su padre.
Elena no disimula su malestar. Habla claro en privado y no oculta su desacuerdo. Considera que Felipe está asfixiando a su padre con condiciones que ningún otro miembro de la familia aceptaría. Y, esta vez, no está dispuesta a quedarse callada.