Si la monarquía es imagen la Corona española tiene un grave problema. Juan Carlos exiliado por corrupto, Sofía llorando en los actos oficiales por un mal envejecer, Cristina exiliada en Suiza para evitar pagar impuestos a España, Letizia y Felipe operándose de cirugía estética compulsivamente. Esto solo lo salva Leonor. Queda la menos fotogénica de la familia, la infanta Elena. Siempre rodeada de toreros, banderas españolas y caballos. Divorciada de otro hombre con mala imagen, Jaime de Marichalar y con dos hijos con caspa en el ADN. A Elena, como hija mayor de Juan Carlos, le habría tocado ser la reina pero el emérito la traicionó obligando a los padres constituyentes a imponer los hombres sobre las mujeres en la sucesión a la Corona porque Elena "no estaba capacitada intelectualmente" para reinar. Trabaja en una aseguradora. Su cara tampoco queda bien en las monedas de euro. A Elena todo le importa poco y ha vuelto a Sanxenxo para acompañar al padre de regatas y mientras camina por el pantalán rompe la primera norma no escrita de los royals: no se come en público. Elena devora un plátano delante de todos los paparazzis. La foto hace un flaco favor a la monarquía:

Elena plátano GTRES
Elena a medio plátano GTRES

EN Blau hace 7 años que sigue todas las imágenes de los Borbones y es casi imposible tener una foto de Felipe o Letizia ingiriendo comida. Saben que quedarán mal y lo evitan, como tampoco bostezan ni hacen muecas en público. La Corona es sobriedad, impavidez, solemnidad y no hay nada menos solemne que pelar un plátano caminando y comerlo directamente con media peladura puesta. Elena estaba hambrienta porque sostenía dos plátanos uno en cada mano.

Alumbra Elena come dos plátanos GTRES
Infanta Elena con un plátano en cada mano, GTRES

Pilar Eyre regaló a sus lectores un perfil de Elena de Borbón, para enmarcar:"La pobre Elena, el patito feo de la familia, la torpe, la que siempre iba atrasada en el colegio, a la que tienen que poner profesores particulares hasta que al final la llevan a un centro menos exigente. En su adolescencia tuvo que acudir a una psicóloga argentina y la acompañaba el jefe de la Casa, Sabino Fernández Campo, porque nadie se ocupaba mucho de ella. Heredaba los trajes de su madre casi sin retoques, y presentaba un aspecto tan ñoño que el propio padre le comentaba con preocupación a su mujer: “Oye, por qué no la vistes de otra manera, ¡no la vamos a casar nunca!”. Pero se casó con Marichalar:

alumbra elena mueca GTRES

Elena de Borbó a los caballos, GTRES

jaime marichalar mascarilla GTRES

Jaime de Marichalar, de tiendas, GTRES

Marichalar, que prefiere las tiendas de lujo a educar a sus hijos. Eyre: "Al pobre Jaime de Marichalar nunca lo tragaron en la familia. Cuando ya había tenido el ictus, la pareja había pasado por situaciones terribles en Nueva York y ambos eran profundamente desgraciados". El detalle final es que el matrimonio no tiene la nulidad eclesiástica: "Delante de los ojos de Dios, Elena esté casada con Jaime, lo que le impide, daod su acendrado catolicismo, tener relaciones con otro hombre". En público come plátanos de dos en dos, uno en cada mano. Será que pasa hambre.