La infanta Elena es considerada la más fiel representante del linaje Borbón dentro de la familia real española. Siempre ha mostrado un fuerte compromiso con la monarquía, aunque su lealtad ha estado más inclinada hacia el reinado de su padre, el rey Juan Carlos I. A pesar de ello, nunca ha interferido en el gobierno de su hermano, el rey Felipe VI. Estuvo presente en su proclamación hace una década y no pudo evitar emocionarse hasta las lágrimas, a pesar de que no aceptaba del todo la abdicación de su progenitor. Existen diferencias entre ambos hermanos en cuanto a la manera en que Felipe VI ha manejado la relación con sus padres dentro de la estructura monárquica, lo que ha ocasionado algunas discusiones. Además, la infanta no estuvo de acuerdo con la decisión de enviar al emérito al extranjero.
Madre de Victoria Federica y Froilán, la infanta Elena ha mantenido un perfil bajo en la vida pública, aunque ha sido objeto de atención mediática debido a las polémicas protagonizadas por sus hijos, las cuales le han generado más de un dolor de cabeza. En lo que respecta a la familia real, desde hace años no desempeña un rol oficial, pues la Casa Real optó por desvincular su apellido de la institución. Sin embargo, sigue participando en ciertos eventos, como la entrega anual de premios de pintura.

Actualmente, la infanta trabaja en la Fundación Mapfre, donde recibe un salario anual cercano a los 300.000 euros. En su tiempo libre, disfruta de diversas actividades recreativas. Desde su infancia, ha sentido una gran pasión por el ballet, disciplina que ha practicado y admirado a lo largo de los años. También le gusta cantar y asistir a espectáculos en vivo. Es una espectadora frecuente de los musicales en la Gran Vía de Madrid y siente un gran interés por la gastronomía, visitando con regularidad algunos de los restaurantes más prestigiosos de la capital española.
Quienes la conocen afirman que la imagen que proyecta en los medios no refleja su verdadera personalidad. Aunque a veces se la describe como una persona reservada o distante, en realidad, es cercana, afable y posee un sentido del humor que sorprende a quienes la rodean. Se dice que es dueña de un carácter alegre y que guarda secretos que han dejado atónitos incluso a sus allegados.
La infanta Elena gastó miles de euros mensuales en la teletienda
Uno de estos secretos salió a la luz recientemente: su fascinación por la teletienda. De acuerdo con una información publicada por el medio La Razón, desde los 27 años, la infanta desarrolló un fuerte interés por la compra de productos a través de este canal, en especial aquellos que prometían resultados rápidos en la pérdida de peso. Durante años, logró mantener esta afición en secreto gracias a la ayuda de dos amigos, Álvaro y Ricky Fuster, quienes se encargaban de recibir los pedidos en la casa de su madre para evitar que estos llegaran al Palacio de la Zarzuela.
Según el programa ‘Socialité’, en 1990, la infanta adquiría numerosos productos cada noche sin que nadie en la Zarzuela sospechara. Su preferencia eran los artículos para adelgazar, y su compulsión llegó a tal punto que su familia decidió intervenir. Tanto el rey Juan Carlos como la reina Sofía tomaron cartas en el asunto y organizaron un tratamiento de nueve meses para ayudarla a controlar su impulso de compra.
Con el tiempo, la teletienda perdió relevancia y la infanta abandonó este hábito. No obstante, en la actualidad, hay quienes sugieren que podría haber trasladado esta inclinación a las compras por internet. Algunos vecinos han mencionado que a su domicilio llegan numerosos paquetes, lo que ha generado especulaciones sobre una posible recaída, aunque adaptada a las plataformas de comercio digital. La infanta Elena lleva años acudiendo a terapia para vencer esta “adicción” que le hace perder miles de euros mensuales en cosas inservibles.
