La infanta Cristina ya no confía en Letizia. Lo que empezó como una relación cercana, casi cómplice, se ha convertido en una guerra fría silenciosa dentro de la familia real.

Cristina fue la primera en dar una oportunidad a la entonces periodista. Cuando Felipe VI le habló de Letizia, la llevó a Barcelona y le pidió su opinión. Cristina entendía bien la situación. Ella también había desafiado a la institución al casarse con un plebeyo famoso, el deportista Iñaki Urdangarin. Ambos hermanos se consideraban los más rebeldes de la Casa Real.

Infanta Cristina Reina Letizia
Infanta Cristina Reina Letizia

La reina Letizia encontró una aliada en la infanta Cristina

Al principio, Cristina pensó que Letizia sería una aliada. Pero no tardó en darse cuenta de que no era así. Letizia nunca tuvo intención de integrarse en la familia Borbón. Siempre fue distante. Siempre quiso otra cosa: poder, control y libertad.

Con el tiempo, la relación se rompió por completo. Especialmente tras el caso Nóos. Cristina se sintió abandonada por todos, pero lo que más dolió fue el silencio de Letizia. Ni un gesto. Ni una palabra pública. Ni apoyo para sus hijos, que sufrieron enormemente. Desde entonces, la distancia se hizo total.

Ahora, Cristina ha vuelto a mover ficha. Desde Suiza, donde reside discretamente, ha hecho llegar un mensaje claro a su hermano: “Controla a Letizia”. Lo sabe todo. Y teme por las consecuencias. Según personas del entorno, Cristina tiene información sensible sobre Letizia. Sabe cómo se mueve. Sabe a quién llama. Sabe qué dice de la familia. Y sobre todo, sabe que Letizia guarda secretos que podrían hacer mucho daño.

Desde hace tiempo, Letizia es vista como la enemiga interna. La culpable de la abdicación del rey Juan Carlos I. La responsable indirecta de su exilio. La que impide que vuelva. Aunque públicamente no se diga, en privado la acusan de haberlo empujado al ostracismo mediático.

Letizia y Cristina EFE
Letizia y Cristina EFE

Cristina pone a Felipe I en alerta sobre Letizia

Incluso se ha llegado a decir que Felipe VI no se divorcia por miedo. Miedo a lo que Letizia puede revelar. Así lo dejaron caer las famosas conversaciones entre Villarejo y Ana Rosa Quintana. Letizia sabría demasiado sobre las finanzas y las redes de poder que rodean a la familia. Un escándalo estallaría si hablara.

Cristina, por eso, no se atreve a enfrentarse abiertamente a ella. Pero lanza advertencias. Quiere protegerse y proteger a sus cuatro hijos. Sabe que Letizia tiene poder, pero también enemigos. Y que cualquier paso en falso puede desencadenar una tormenta mediática.

Lo que ocurre en Suiza, Cristina lo sabe bien. Y es por eso que ha pedido a Felipe que actúe. Que ponga límites y no permita que Letizia siga avanzando sin oposición dentro de la institución. Porque la reina, aunque lo niegue, ya no es una más. Es la que podría, si quisiera, hundir la monarquía desde dentro.