Normalmente, la imagen que proyectaba la infanta Cristina un par de años atrás era esta:
Cara de manzanas agrias, cara de vinagre desde que supo que su maridito Iñaki Urdangarin le puso los cuernos con Ainhoa Armentia, y después partieron peras y cada uno por su lado. Un estado de tristeza, de mirada a los pies, de la cual no se libraba y que lo ha acompañado durante muchos meses hasta que no se ha hecho efectivo el divorcio. Allí ya empezó a ver la luz, pero lo que ha llamado mucho la atención entre el personal es el aspecto, la cara, los looks y el ademán de la hermana de Felipe en los últimos actos de cara al público. Una imagen inusual de la infanta, especialmente los últimos tiempos. Una imagen radiante:
Lejos han quedado las miradas decaídas, los tejanos y chaqueta oscura, las gafas del cerca y el rictus serio. La revista Vanitatis se ha fijado en esta nueva Cristina y una duda, casi certeza, flota en el ambiente. La infanta vuelve a tener autoestima y eso se ve reflejado en sus outfits y apariciones delante de las cámaras, que la han convertido en la candidata número 1 a mujer más elegante del mes. "¿Ha contratado a alguien para que la ayude en sus estilismos?", se preguntan en el mencionado medio. Solo hay que verla en la boda del alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, con Teresa Urquijo.
Del brazo de su hijo Juan, parecía mucho más joven que él, con un peinado espectacular y un look color marrón de Escada. La estilista Anitta Ruiz, con los ojos como platos: “Ha sido una sorpresa para todos ver lo estupendísima que está la infanta Cristina en sus últimas apariciones públicas. Es el reflejo de ‘volver al mercado’; cuando te liberas de ciertas cargas, del tipo que sea, y de pronto vuelves a tener tiempo para ti misma y necesitas volver a sonreír ante el espejo, es importante que se haga conforme a esa imagen que te devuelva la sonrisa”. Y todo el mundo tiene claro que ha contado con el apoyo, la ayuda y los consejos de alguien.
"Hemos pasado de verla con looks de ‘working girl’, o de madre dedicada, a que nos deslumbre con una feliz sonrisa y un porte que destaca entre la multitud". También, por ejemplo, en el funeral en honor a su primo Fernando Gómez-Acebo, elegantísima. “Yo no descartaría que incluso haya recurrido a ayuda profesional, un estilista o una amiga que sepa, porque el tipo de peinado y de prendas que lleva son muy diferentes. Es que no es solo la sonrisa y el rictus de tranquilidad, incluso la postura corporal, erguida, orgullosa, con los hombros bien colocados y los pies firmes, son los que te enseña una profesional”.
"Ole por ella, tiene un fachón impresionante y ha ganado muchísimo. Está guapísima”, “Parece otra”, “su primer look de divorciada”, “el divorcio le va a sentar bien”, son frases que se están oyendo últimamente con respecto a la imagen de la hermana del rey. Y Cristina Reyes, la estilista de cabecera de otra celebrity como Isabel Preysler, lo tiene claro, ninguna duda: “No lo puedo asegurar, pero da la sensación de que hay un estilista detrás, el trabajo de un profesional. Se nota muchísimo el cambio de la infanta Cristina, lo noté en el cumpleaños de la infanta Sofía. Y ya lo constatamos en la boda de Almeida: un look de estilista, actual, fresco, elegante, estiloso, el pendiente, el zapato”. ¿Quién es esta persona especial e imprescindible de la infanta Cristina? Todavía no se sabe su nombre, pero sí que es la persona que le ha cambiado la imagen que proyecta como un calcetín.