La infanta Cristina recuperó el contacto con Felipe VI tras varios años distanciados desde el caso Nóos. El monarca se vio en la obligación de echar su hermana de la familia por su relación con Iñaki Urdangarin quien fue encarcelado por el caso Nóos. En esos momentos su imagen dañaba a la corona, y en verdad es algo que le apenaba a ambos porque siempre habían tenido una excelente relación, incluso más que con la infanta Elena. Ellos pensaban de forma bastante similar, ambos se casaron con plebeyos. Además, Cristina le ayudó a introducir a Letizia en la familia y la apoyó para que no se sintiese sola. Fue la primera en conocerla. Por este motivo se siente más dolida si cabe.

Una vez que la madre de Pablo, Juan, Miguel e Irene anunció el divorcio con Iñaki Urdangarin, Felipe VI dejó ver la buena relación que mantiene con su hermana. Acudieron juntos a una boda, coincidieron en varios acto de La Caixa y han almorzado juntos en varias ocasiones. Sin embargo, la relación se ha vuelto a enfriar y en los últimos meses no han aparecido ni una sola vez juntos. De hecho se evitan siempre que tienen ocasión.
Miguel Urdangarin, el nuevo problema entre Felipe VI y la infanta Cristina
El principal problema radica en estos momentos en la estancia de algunos de los hijos de Cristina en Zarzuela. Desde hace un par de años los Urdangarin se instalaron con la reina Sofía en palacio al no tener ni trabajo ni estudios. Irene Urdangarin se trasladó a Londres para formarse, por petición de su madre, pero Miguel no encuentra su camino y continúa viviendo en Zarzuela con su pareja tal y como se ha confirmado.
Es algo que molesta mucho a Letizia especialmente, pero Felipe VI la apoya y tampoco lo ve normal, mucho menos que empiece a venir siempre su pareja y algunos amigos con los que hacen fiestas. Su comportamiento es muy preocupante. Llega a altas horas de la madrugada a casa alertando al personal de seguridad.
Felipe VI se ha reunido en privado con la infanta Cristina para comunicarle que Miguel Urdangarin debe abandonar Zarzuela en la mayor brevedad posible, y que ninguno de sus hijos puede quedarse a vivir en palacio. Pueden venir a ver a su abuela porque eso no se lo puede prohibir nadie, pero nada más.
A la infanta Cristina le ha sentado muy mal esta decisión de Felipe VI, que por otra parte cree que está promovida por Letizia, su gran enemiga.
