Mientras muchas familias españolas hacían malabares para llegar a fin de mes, Iñaki Urdangarin recibía 80.000 euros mensuales por vivir con la infanta Cristina en Barcelona. Este acuerdo, gestionado presuntamente por el rey emérito Juan Carlos I, se mantuvo en la más estricta discreción durante años. No se trataba de un simple regalo, sino de una especie de sueldo real por mantener el perfil bajo y sostener una fachada que, según muchas fuentes, nunca se basó en el amor.
Este generoso ingreso coincidió con la mudanza de la pareja al exclusivo barrio de Pedralbes, donde residían en un palacete valorado en varios millones de euros. Los fondos no solo cubrían los gastos cotidianos: colegios privados, coches ostentosos, personal doméstico, sino también los caprichos de una vida de élite que parecía inalcanzable para cualquier ciudadano común.

Urdangarin, lejos de ser un simple esposo, se transformó en un millonario cuyo patrimonio creció no solo por lo que se embolsó por la fraudulenta gestión de la Fundación Nóos, sino principalmente por un silencio comprado y una lealtad que parecía tener un precio: la protección y el respaldo de la familia real. Su posición como el yerno predilecto del emérito, alguien cuyo vínculo parecía blindado por un acuerdo tácito, mostraba una realidad oculta tras la fachada de la nobleza.
Iñaki amenaza con romper el pacto: memorias explosivas en el horizonte
Pero la sombra de aquel pacto, que parecía inquebrantable, está empezando a desvanecerse. Según reveló Pilar Eyre, Iñaki Urdangarin prepara sus memorias y no se descarta que vea la luz en los próximos meses. Este proyecto literario podría incluir detalles incómodos sobre su paso por prisión, el caso Nóos y, sobre todo, sobre su relación con la familia Borbón. Un terremoto que sacudiría Zarzuela y que pondría en jaque a todos aquellos que durante años han invertido dinero y esfuerzos en proteger su imagen.
En teoría, una de las cláusulas más estrictas del divorcio con la infanta Cristina era precisamente esa: no hablar jamás sobre la cárcel ni sobre los motivos que lo llevaron allí. Pero Urdangarin, motivado por su nuevo perfil de coach empresarial y necesitado de protagonismo, habría puesto en marcha un relato que nadie en la Casa Real quiere que se publique. De hecho, este proceso habría iniciado con la entrevista que concedió hace poco a ‘La Vanguardia’.

De la reinserción al champán de 2.000 euros: ¿de dónde sale el dinero?
El relato oficial indica que Urdangarin sobrevive con apenas 900 euros mensuales, una pensión del Estado destinada a exprisioneros en proceso de reinserción. Sin embargo, sus hábitos de consumo revelan una realidad muy distinta: champán de 2.000 euros, cenas en restaurantes con estrellas Michelin, escapadas de lujo junto a Ainhoa Armentia, y un piso de alquiler de 1.500 euros en una de las zonas más exclusivas de Vitoria. ¿Cómo es posible sostener ese tren de vida?
Aquí es donde aparece el nombre de Juan Carlos I nuevamente. Según el periodista Juan Luis Galiacho, el emérito habría financiado a su exyerno con una indemnización de dos millones de euros tras renunciar a un libro explosivo, además de una pensión vitalicia de 25.000 euros mensuales, enviada desde cuentas en Suiza. Unas maniobras financieras diseñadas para evadir a la Hacienda española, pero que confirman lo que muchos sospechaban: la realeza tiene sus propios métodos para silenciar escándalos.