La revelación de las supuestas infidelidades del príncipe Harry hacia Meghan Markle, detalladas en el libro 'Harry: conversaciones con el príncipe' de Ángela Levin, ha avivado el debate sobre la infidelidad en las parejas reales, mostrando un patrón recurrente en la familia Windsor. Si bien la infidelidad puede surgir en medio de la monotonía o las tensiones en una relación, resulta sorprendente que tales actos ocurran en las etapas iniciales del compromiso, como parece ser el caso del duque de Sussex.

El relato de Ángela Levin señala que Harry habría iniciado un romance con la modelo británica Sarah Ann Macklin mientras aún estaba saliendo con Meghan Markle en 2016. Este hecho arroja una sombra sobre la imagen del príncipe, ya que se le consideraba una excepción en una familia marcada por la infidelidad, como lo evidenció el triángulo amoroso entre el rey Carlos III, Lady Di y Camilla Parker Bowles, así como los rumores que vinculan al príncipe Guillermo con la aristócrata Rose Hanbury.

La dinámica del engaño

Según los detalles proporcionados, Harry conoció a Macklin en una fiesta privada y rápidamente se vieron envueltos en un intenso romance. “Durante los primeros días de su relación con Meghan, Harry tenía citas con Macklin. Se conocieron en una fiesta de carácter privado y él hizo todo lo posible para conseguir su número de teléfono. Luego, la bombardeó con mensajes de texto", expresó Levin.

El libro sugiere que la relación entre Harry y Macklin podría haber sido más que un simple desliz de una noche. Al parecer, el duque de Sussex no consideraba su relación con la modelo como una simple aventura; estaba verdaderamente impresionado por su personalidad y encanto, los cuales encajaban a la perfección con sus propios gustos y preferencias. A pesar de los rumores que ya circulaban sobre su relación con Meghan Markle en aquel entonces, Harry y Macklin siguieron encontrándose en varias ocasiones. Esta dinámica aparentemente persistió hasta que el príncipe viajó a África, momento en el cual todo habría llegado a su fin.

Pese a ello, parece que el viaje no fue la única razón, ya que sus estilos de vida eran radicalmente opuestos. Según una cita del libro publicada en el sitio web de Marca, un amigo de Harry reveló: "'Lo intentaron, aunque eran muy diferentes. Ella llevaba una vida muy sana y no bebía. Era una cuestión en la que estaban en una onda completamente diferente ", dando a entender que la disparidad en sus formas de vida contribuyó al desenlace de su relación.

Patrón de infidelidades en la Familia Real británica

A pesar de que la relación entre Harry y Macklin terminó antes de que se casara con Meghan Markle, se ha insinuado que han mantenido algún tipo de contacto, lo que podría resultar perturbador para la ahora esposa del príncipe. Esta revelación plantea interrogantes sobre la integridad y el compromiso de Harry hacia Meghan, especialmente considerando la imagen pública que han construido como pareja comprometida y enamorada.

La situación también resalta un patrón preocupante dentro de la familia Windsor, donde la infidelidad parece ser una característica común entre los hombres. Desde el príncipe Felipe de Edimburgo hasta el rey Carlos III y su hijo Guillermo, la historia de la realeza  británica está marcada por relaciones extramatrimoniales y escándalos amorosos.