La semana pasada fue muy intensa en Palacio. La celebración por los 18 años de la princesa Leonor, la jura de la Constitución y la nueva visita del repudiado Juan Carlos a Zarzuela alborotaron a los monárquicos, y hubo una sobreexposición de la heredera, que no veía la hora (y nosotros) de volver a la normalidad de la academia militar de Zaragoza con sus amiguis cadetes, que de paso, le montaron una celebración mucho menos protocolaria a la joven. Poco se ha dicho de la celebración privada que tuvo lugar en El Pardo con la presencia de algunos miembros de la familia y con ausencias destacadas, como las de los primos de la protagonista, unos Victoria Federica y Froilán a los que les lame un pie la hija de Felipe y Letizia. Una fiesta donde Leonor llegó como un fantasma y donde se marchó con una evidente negligencia, ya que ella se marchó en el mismo coche que su padre Felipe.
Sí estaba el abuelo de la chica, ante el cual la princesa sorprendió con un saludo vasallesco, un "A sus órdenes, majestad," que incluso sorprendió a Felipe, que hace tiempo que le ha perdido el respeto a su padre Juan Carlos y que está más feliz cuando él está muy lejos, a kilómetros de distancia, en Abu Dhabi. Tampoco le tiene demasiado cariño a sus hermanas mayores, Elena y Cristina. Y prueba de eso la tenemos en una conversación que tuvo el monarca con su madre Sofía, y al mismo tiempo, madre de las hermanas del rey, las infantas. Había curiosidad por ver dónde dormirían los Borbones que no forman parte de la familia real. Dónde pasarían la noche después de las celebraciones por el cumpleaños de la heredera.
Si Sofía ya estaba triste porque su nieta Vic no fue a su fiesta de cumpleaños, que se celebró el día 2 de noviembre, ya que continúa tan pancha en Perú para ver a un amigo suyo torero, después de la conversación tensa con Felipe, todavía se puso más de los nervios. Y es que la ausencia de Victoria Federica no fue el único disgusto de la emérita, según Monarquía Confidencial. Tal como revela el citado medio,"Felipe VI trasladó a la familia la advertencia de que ninguno de ellos pernoctaría en La Zarzuela, ni siquiera con motivo de la celebración del cumpleaños de doña Sofía". Quería evitar así que sus hermanas, con quienes desde que está con Letizia se ha separado visiblemente, tuvieran la tentación de pedirle para quedarse a dormir en palacio. Y para que no quedara ningún tipo de duda, dejó caer una frase lapidaria y humillante. Se puso en la piel de un padre o una madre de un adolescente, reproduciendo la típica escena cuando los hijos se van haciendo mayores, que solo pasan por casa para cargar el móvil en la habitación desordenada, coger alguna cosa de comer y volver a largarse con los amigos, novios o novias correspondientes.
Y es que lo que dijo Felipe seguro que lo habéis dicho vosotros si tenéis hijos adolescentes en casa... Solo que Felipe no hablaba de sus hijas... sino de sus hermanas, que ya tienen una edad y canas en la cabeza. "Zarzuela no es un hotel". Chim pum. Demoledor. De qué poco que no dijo "Zarzuela no es la pensión Lolita", otra de las frases habituales de muchos padres. Eso le dijo Felipe a su madre, según el medio, "para anticiparse a posibles intenciones de la reina doña Sofía de ‘invitar’ a sus hijas a pasar unos días en palacio". Según indican, para el rey, su familia son sus hijas y su mujer. Y basta: "Hace mucho que se desmarcó de problemas que pudieran salpicarle públicamente. No es su estilo. Además, doña Letizia se ha sumado a esta decisión”, confiesan las mismas fuentes. "Aunque tanto Elena como Cristina acudieron finamente a la celebración familiar privada, no quiere decir que entre los hermanos exista buena sintonía"... No hace falta que lo juren. Cristina, Elena y sus familias, no son bienvenidas... Y no será porque la casa sea pequeña...