El rey Felipe lleva unas horas muy preocupado. Tremendamente preocupado. Las alarmas han saltado en Zarzuela. La paz del monarca se ha visto estorbada las últimas horas por las noticias malas que le han llegado referidas a alguien de la familia a quien quiere mucho y por las consecuencias que puede tener eso en su madre, la reina Sofía. El Borbón, si el pasado fin de semana estaba feliz, contento y radiante por la graduación de su hija pequeña, la infanta Sofía, yendo hasta Gales con su mujer Letizia para estar al lado de la joven en un día tan importante, al volver a palacio ha visto cómo la prudencia y los malos augurios rodean una figura importante que hemos visto a menudo en Zarzuela los últimos tiempos.

Desde Monarquía confidencial utilizan unos términos que son para que los monárquicos tengan la mosca detrás de la oreja. Y es que el citado medio habla de "momentos de preocupación en el ámbito familiar. Felipe se encuentra profundamente afectado", dicen fuentes próximas a la Corona. ¿Por qué? ¿Más bien es por quién? Por su tía, la conocida como Tía Pecu. "Deterioro del estado de salud de su tía, la princesa Irene de Grecia," que viene acompañado de una derivada que hace sufrir al rey: "y, especialmente, por el impacto emocional que esta situación está teniendo en su madre, la reina doña Sofía".

Irene de Grecia y Sofía / GTRES
Irene de Grecia y Sofía / GTRES
La reina Sofía y su hermana Irene saliente de un concierto / Europa Press
La reina Sofía y su hermana Irene saliendo de un concierto / Europa Press

La hermana pequeña de la emérita, pilar fundamental de la madre del rey, que la acompaña a todas partes, que está con su hermana desde que estalló el escándalo de Juan Carlos y enviaron al emérito a Abu Davi, lejos de palacio, el paño en el que Sofía llora las penas, su inseparable hermana. De perfil discreto y callado, Irene ha estado con Sofía en Zarzuela desde 1981, y su vínculo es inseparable... Pero ahora la salud está amenazando. Inquietud los últimos meses con su evidente deterioro:  “Tanto Zarzuela, como la Reina Sofía son muy conscientes de la situación, pero para la reina es muy difícil esta situación”. I Felipe, muy unido a su tía, y consciente del dolor de su madre, el dolor emocional, ha intensificado sus visitas privadas para ir a ver a Irene.

"Personas próximas al monarca aseguran que está haciendo todo lo posible por apoyar emocionalmente a su madre. Constantino le dejó un gran vacío y ahora la situación con Irene no favorecen el estado anímico de doña Sofía. El rey sabe que la salud de su tía, así como el bienestar emocional de su madre, son asuntos que tocan el corazón de muchos ciudadanos, especialmente de aquellos que valoran la figura histórica de doña Sofía y la discreción de Irene". De momento, Felipe calla, pero no obstante, "el clima es de prudencia y recogimiento, a la espera de una posible evolución positiva del estado de la princesa Irene".