La nueva realidad de Felipe y Letizia es como la antigua, un matrimonio por interés. La novedad es que ahora lo es a la vista de todos. Si la pareja tenía un pacto puertas afuera de simular amor, después del escándalo Del Burgo queda claro que ni disimulan. Ningún gesto de complicidad en público, ni una palabra sobre la crisis, no se han molestado a negarla ni a decir que la han superado. Un silencio estruendoso. Nadie duda que Felipe se casó enamorado. Si hubiera hecho caso a Juan Carlos y Sofía habría optado por una aristócrata que tuviera interiorizado que es más importante parecer que ser. Pero escogió la pareja como hacen muchos futbolistas: viéndola por la tele. Como un capricho naif o un arrebato. Letizia, en cambio, ya había hecho mucha mili: ya tenía un exmarido, casada por lo civil, embarazo, aborto, divorcio, infidelidades... El pack entero.

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Letizia el día de la boda, GTRES
Felipe en la Vall d'Aran
Felipe en la Vall d'Aran viernes 16 de febrero, Instagram

La gran pregunta, viéndola con ojos de ahora, es si Letizia estuvo alguna vez enamorada de Felipe. Lo único demostrado es que seis años después de casarse ya le era infiel con Jaime del Burgo y hoy día, veinte años después de casarse, son un matrimonio que cuelga de un hilo. Cada uno hace la suya. Y no les importa que se sepa. No tienen actos conjuntos excepto contadas excepciones, y cuando les toca salir juntos ponen mala cara. A Letizia le han reducido la actividad pública hasta equipararla a la de la reina Sofía, de 85 años. Y la evidencia final: Felipe hace dos fines de semana que no pone un pie en casa. Los reyes no quieren compartir ni los días de descanso. Felipe se ha hecho fotos dos fines de semana de febrero en Medinacelli (Soria) y en la Vall d'Aran (Lleida) para que la prensa local publique que va solo, sin Letizia. Este último, del viernes al domingo en Baqueira. ¿Y cómo justifica Letizia que su marido huye de ella? Con la excusa más falsa que puede sonar: tiene miedo de que le hagan fotos esquiando y la retraten en una postura ridícula.

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Letizia y Leonor en la nieve, Astún, 2017, GTRES

Según la prensa afín como Mujer Hoy "A pesar de su buen estilo y de su afán por integrarse en las aficiones de su marido, la reina se dio por vencida. Parece que se sentía, de verdad, muy incómoda ante la perspectiva de que los fotógrafos que acompañaban a la familia real pudieran captar escenas «ridículas» en la nieve". Se supone que el anterior fin de semana con Felipe paseando solo con amigos por Soria Letizia tampoco fue por miedo a parecer ridícula caminando por el pueblo. Cuando se quiere tapar la realidad, cada mentira es más absurda que la anterior. Aquí el ridículo no son las fotos de una caída en la nieve. El ridículo es hacer creer a España que no está pasando nada.