El nombre de Erika Ortiz, hermana de la reina Letizia, ha vuelto a ser tema de conversación gracias a las polémicas declaraciones de Jaime Peñafiel, quien ha resucitado un asunto que lleva casi dos décadas en la oscuridad: su trágica muerte. Este suceso marcó un antes y un después en la vida de Letizia, sumiéndola en un profundo dolor y dejando interrogantes que aún hoy siguen sin respuesta.

El 7 de febrero de 2007, el novio de Erika, Roberto García, encontró su cuerpo sin vida en el apartamento de Letizia, donde residía en ese momento. Erika había luchado contra la depresión durante años, una batalla silenciosa que finalmente terminó en una "ingesta masiva de barbitúricos", según los informes de la época. Dejaba atrás a su hija Carla Vigo, de apenas 6 años, en un mundo devastado por la tragedia.

Erika Ortiz y Roberto García
Erika Ortiz y Roberto García

Jaime Peñafiel, en un video publicado en Youtube, sugiere que el origen de la depresión de Erika podría estar relacionado con la donación de óvulos a Letizia para concebir a sus hijas, las princesas Leonor e Infanta Sofía. Alega que la decisión de Letizia de apartar a su hermana de su vida habría contribuido al trágico desenlace. Sin embargo, estas afirmaciones carecen de evidencia sólida que las respalde.

Relatos contradictorios sobre la muerte de Erika Ortiz

Según la narrativa presentada por Peñafiel, se sugiere que la presión de los medios y la tensión en la relación entre las hermanas Ortiz también podrían haber sido factores contribuyentes en el trágico desenlace de Erika Ortiz. Se especula que solo dos individuos cercanos a Erika y distanciados del círculo íntimo de Letizia podrían haber compartido esta versión con Peñafiel: su primo David Rocasolano y su exmarido, Antonio Vigo. Ambos son conocidos por haber confrontado a la familia real en el pasado: David a través de su libro "Adiós princesa", donde responsabiliza a Letizia por el suicidio de Erika, y Antonio, quien durante el funeral de Erika enfrentó a Juan Carlos con gritos y lo acusó directamente de su muerte.

erika ortiz
Erika Ortiz

Sin embargo, la versión de los más cercanos a Erika pinta un cuadro diferente. Según su primo David Rocasolano, autor del libro "Adiós princesa", la presión mediática y la soledad fueron los verdaderos factores detrás del trágico desenlace. Erika se sentía abandonada y desprotegida, sumergida en una espiral de desesperación que finalmente la consumió.

Una conversación fatal

Erika estaba más insegura, más débil, más triste. Me dijo que la situación se salía de madre, imaginé que por la presión mediática sobre ella y su hija tras haberse separado de Antonio. 'Me han dejado sola, David, me siento sola'. Se refería a Letizia. Supuse que tras reaparecer Erika en la prensa rosa había recibido alguna de las típicas llamadas histéricas y controladoras de Letizia. Y Erika no había sido capaz de mandarla a la mierda”, reveló David Rocasolano.  

Erika Ortiz
Erika Ortiz

Así, los últimos minutos de Erika fueron marcados por una conversación telefónica con Letizia, según relata su primo. Cuatro minutos de angustia y desesperación que culminaron en un acto irrevocable. La relación entre las hermanas estaba fracturada, llenas de resentimientos y reproches. Erika se sintió abandonada por Letizia, incapaz de lidiar con la presión y el dolor que la atormentaban. Tras su muerte, Letizia experimentó un sentimiento de culpa abrumador. Según David Rocasolano, este sentimiento de culpa era justificado.