Nueva lección de la revista El Jueves sobre la monarquía española. Un hilo imperdible en las redes, que también se puede ver en el penúltimo número en papel, ha vuelto a poner patas arriba Zarzuela con su irreverencia y acierto al dibujar lo que nadie más se atreve a hacer. Esta vez, con una Galería sobre los más infames reyes borbones. Una obra maestra del dibujante Furillo:

A Juan Carlos y a sus antepasados, como nunca se les ha visto antes. El autor de la serie no ahorra en detalles escatológicos a la hora de plasmar cómo eran y qué hacían algunos de estos reyes borbones "infames" que él ha escogido. Evidentemente, sale el penúltimo, un Juan Carlos sin calzoncillos, con el escroto colgando, después de haber estado con una de sus amantes mientras esta va contando billetes desde la cama.

Joan Carles I carret de golfo|golf

Juan Carlos (GTRES)

También sale "Felipe V, el 'Animoso'" quién estrenó la dinastía borbónica española en 1701: "Obsesionado con la jodienda, celebró audiencias en la cama con su primera esposa 'para no perder tiempo'". De él también explica Furillo que "absolutamente grillado, abandonó cualquier práctica higiénica, no dejándose cortar lao uñas. Paseó en pelota con un sucio y viejo camisón, aliviándose en cualquier rincón y creyéndose una rana". El explícito dibujo defecando mientras caminaba con su camisón de dormir es difícilmente olvidable:

Otro que sale mal parado es "Fernando VI, el 'Prudente'". Prudente, pero un cerdo de manual: "Acabó chalado. Su demencia lo llevó a defecar en la cama por costumbre, impidiendo que la limpiaran y enriqueciendo la comida que le llevaban con sus propias heces". Otro ejemplo de higiene borbónica.

Otros borbones abyectos son "Fernando VII, el 'Deseado'" alguien que aparece dibujado aguantándose un testículo, ya que "su mayor mérito fue tener un badajo descomunal y deforme para el que le prepararon un cojín con forma de donut a fin de salvaguardar la integridad vaginal de sus mujeres". O "Isabel II, la 'Castiza', "de sensuales y desfogados apetitos, que tuvo multitud de amantes nada secretos", y que Furillo dibuja con la cara llena de esperma. Desde aquí pedimos a Furillo y El Jueves una segunda tanda de "borbones infames" y sus hábitos, hayan sido o no reyes.