Hoy se cumplen 25 años de la muerte de don Juan, conde de Barcelona y padre de Juan Carles I. Este martes se conmemorará esta fecha con una misa en el Escorial que puede ser el momento ideal para que la infanta Cristina se reconcilie con el resto de la familia. ¿Veremos este esperado reencuentro?

Estos días todo el mundo vuelve a hablar de Juan de Borbó, recordando su vida. ¿Y como pasar por alto uno de sus episodios más misteriosos? Uno que llegó con su estancia a la marina, cuando se hizo los grandes tatuajes que ocupaban sus brazos.

Padre Juan Carlos I GTRES

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Dos dragones orientales ocupaban las extremidades del conde, curiosos y extraños en un hombre de su posición. Pues bien, Vanity Fair recupera hoy una entrevista en la que habló de ellos, hecha por TV3 en 1982 pero emitida en Canal Sur once años más tarde.

Una conversación en la que compartió algunos recuerdos de su infancia escondidos hasta entonces: las tardes de pesca, el cine privado en el Palacio Real o su soledad. Pero sería su afición por la navegación lo más interesante de la entrevista, luciendo orgulloso dos tatuajes, souvenirs de su época en la marina real británica. Y es que fue a raíz de sus veranos en el Palacio de la Magdalena que empezó a navegar, llegando a hacer casi 6.000 millas el año: "Uno nunca se cansa del mar". Y de aquellos paseos a vela, a pasar dos años en un crucero inglés en el que recorrió todos los rincones del océano Índico.

"Me los hice el 1932, cuando tenía 19 años. En aquella época era muy normal, muy marinero. Quien iba a oriente, se los hacía. Hoy es menos común", decía entonces. En el brazo izquierdo tenía un dragón con motivos chinos, y en el derecho uno de origen indio: ambos hechos a mano después de más de seis horas de trabajo.

Unas palabras que muestran el don Juan más próximo, muy diferente del hombre serio y resentido con su hijo después que aceptara la corona. Pocos miembros de la familia real han lucido tatuajes, ¿nos sorprenderá algún día Juan Carlos I?