La etapa de la princesa Leonor a bordo de la fragata Blas de Lezo ha llegado a su fin, con la llegada del buque a Gijón este jueves 3 de julio. Después de unos días de intensos entrenamientos y una disciplina estricta, que marcan la vida en el mar, esta experiencia ha sido una de las más exigentes para la heredera al trono.
El buque ha atracado ya en Gijón, donde se reunirá con el Juan Sebastián Elcano, también parte de su itinerario formativo. Ambos navíos podrán ser visitados por el público durante unos días.
Cuentan que la princesa Leonor solo posaba para la foto
Sin embargo, no todo lo vivido a bordo parece haber sido tan ejemplar como se muestra oficialmente. Algunos de sus compañeros en el Blas de Lezo ya han explicado a sus familias su experiencia al formar junto a la futura reina de España. Y lo cierto es que no la dejan demasiado bien.
Varios guardiamarinas que coincidieron con Leonor en el barco aseguran que su participación en las tareas más exigentes fue casi simbólica. Explican que la hija de Felipe VI evitó los turnos más duros y que apenas se la veía implicada en las maniobras técnicas que requerían esfuerzo físico o trabajo en equipo. Su presencia, según dicen, se limitó en muchos casos con actos protocolarios o sesiones de fotografía.



La percepción general, comentan, era que la princesa seguía un horario distinto al del resto, con privilegios que le permitían mantenerse al margen de los ejercicios más agotadores. Mientras el resto del personal cumplía rigurosamente con la rutina diaria, Leonor frecuentaba áreas de descanso y zonas comunes, y su actividad parecía más ajustada a una estrategia de imagen pública que a una formación militar efectiva.
El mismo relato que contaban en el Elcano
Da la casualidad de que, durante su estancia en el Juan Sebastián Elcano, la fragata escuela de la Armada Española, se comentaba que Leonor había sido apartada de varias actividades a causa de problemas de mareo. Algo que fue interpretado por algunos como una forma de aligerar su instrucción.
En el Blas de Lezo, el patrón parece haberse repetido. Se ha dejado entrever una formación adaptada a las necesidades de su papel institucional, más que a las exigencias reales del entorno militar.