La princesa Leonor se despide del Juan Sebastián Elcano. Han sido meses de travesía, puertos internacionales y formación militar. Al menos, en teoría. Porque lo que han contado sus compañeros de embarque a sus familias ha dibujado una imagen muy distinta. Entre otras cosas, han hablado de los vicios ocultos de la princesa.
En los camarotes, en los pasillos del barco, en los ratos libres. Todos han visto lo mismo. Leonor, heredera al trono, ha estado fumando y bebiendo con frecuencia preocupante. En cada escala, algo cae.
La princesa Leonor tiene algunos vicios malos
El hábito del tabaco ha sorprendido. No solo por su edad, sino por la intensidad. Según varios testimonios, fuma a diario. Siempre en cubierta. A veces sola, otras veces acompañada por cadetes más veteranos. Lo que más consume son vapeadores. Pero también consume tabaco de liar. Depende del día. En todo caso, el aumento de este consumo viene, en gran parte, dado por las circunstancias de su entorno. Un lugar con espacio limitado y cuya única escapatoria son kilómetros y kilómetros de mar. El estrés y la ansiedad son algo habitual en muchos cadetes. Y Leonor ha encontrado en las caladas la forma de aliviarse.


Pero ese no es su único vicio malo. También consume alcohol. En cada ciudad visitada, en cada cena fuera del buque, Leonor ha brindado. Cerveza, vino blanco, ron, incluso cocktails con nombres impronunciables. Y siempre con total naturalidad. En realidad, no va más allá de lo normal en alguien de su edad. Es mayor de edadmy está en su tiempo libre. Pero ya lo dice el dicho, la mujer del César no solo debe serlo, también parecerlo. Y este no sería el caso.
Vista en varias escalas consumiendo alcohol
En la escala en Brasil, cuentan que se le vio con un grupo de marinos en un local costero. Una caipiriña en mano, risas, fotos, y hasta un pequeño tropezón. Durante el paso por Chile, se repitió el patrón. Esta vez, con más discreción. Pero igual de visible. En el barco, el silencio es ley. Pero fuera, en llamadas a casa o conversaciones por WhatsApp, la historia circula.


De hecho, todo esto no es nuevo. En su anterior paso por la Academia de Zaragoza, ya había señales. Se la había visto en bares del centro. Siempre rodeada de amigos, nunca sola. Bebidas típicas: vodka con limón, cerveza…. Incluso participaba en juegos de beber. Algunos recuerdan una noche de beer pong.