Leonor está agotada y aún no ha acabado su formación militar. Mientras los jóvenes de su edad han puesto fin a sus estudios universitarios y ya disfrutan de las merecidas vacaciones, ella tendrá que continuar con sus estudios hasta mediados de julio, y a finales de agosto seguirá con el último año de formación militar. Debe conseguir las tres máximas condecoraciones, una por cada ejército. De esta forma ya podrá ser futura Jefa de Estado cuando Felipe VI abdique o fallezca. Los reyes están cuidando mucho la imagen de la princesa que recibe un gran aprobado por parte de los ciudadanos.

La hermana de Sofía sabe perfectamente cual es su deber, aunque sea una misión muy complicada. Si fuese por ella probablemente no estudiará la formación militar y habría ido directamente a la universidad, pero ella no es como otra joven más. Es un requisito indispensable en su vida. No obstante, no se puntúa igual que al resto de militares. Ella recibirá siempre la máxima puntuación para recibir la condecoración, y no afectará al resto de sus compañeros, su nota es totalmente independiente.
Este año está siendo mucho más difícil que el anterior. La princesa está mostrando signos de agotamiento, por ello la felicitan aún más por su gran esfuerzo. Leonor tiene a su padre como ejemplo e intenta igualarle en todo.
Leonor no está en la mejor forma física para superar las pruebas
Estos serán los últimos días de Leonor en la fragata Blas de Lezo, dos intensas semanas donde ha cogido armas e incluso ha disparado. Algunas incluso pesaban más que ella y le han tenido que ayudar. El próximo 3 de julio se incorporará con sus compañeros del buque escuela Juan Sebastián Elcano, pero en esta ocasión convertida en oficial.
Sus compañeros del Blas de Lezo se han preocupado mucho por ella, ya que le costaba incluso respirar y tenía ataques de ansiedad y de estrés, la vida militar no está hecha para ella. Llegó a necesitar atención médica.
En todos los ejércitos se le ha criticado a la princesa que no esté en la forma física requerida para estas actividades. De hecho, siempre ha contado con un entrenador personal con el que le ha tocado hacer horas extras. La exigencia y la disciplina en la fragata es mayor que en el buque escuela.
