Uno de los grandes temores de las monarquías son las encuestas. En España, por ejemplo, hace muchos años que el CIS no pide opinión a los ciudadanos sobre la figura del rey Felipe y la reina Letizia. Una costumbre heredada del padre Juan Carlos, quien convirtió la Casa Real en un circo de tres pistas. Los escándalos de faldas del emérito, así como sus tejemanejes económicos, provocaron que nunca más se planteara ninguna cuestión relativa a la Corona. La tormenta amenazaba con pasar por encima de todo el tinglado. Con la llegada de Felipe al trono esta tradición se ha mantenido. Bueno, las dos: no hay preguntas, pero sí escándalos. La diferencia, siempre de momento, es que la gran protagonista es Letizia, que no el Borbón.
Letizia y Jaime del Burgo. Vaya historia más truculenta. Amantes, cuñados, otra vez amantes... y ahora, la pesadilla que se ha instalado en Zarzuela. Cada nueva ofensiva del exmarido de la Telma hace chorrear ríos de sudor frío. Toca agachar la cabeza, rezar y dar alguna instrucción para minimizar los efectos demoledores de las revelaciones de Jaime, las fotos, las dedicatorias, etcétera. En España el trabajo está saliendo de aquella manera, aunque en el extranjero la canción es otra. Y muy agria, áspera y contundente sobre sus figuras regias y, hasta hace dos minutos, intocables e incólumes. Eso se ha acabado.
Al principio del mes de noviembre, Felipe y Letizia ponían rumbo a Copenhague, donde fueron recibidos por la Familia Real danesa como invitados de honor. Nadie se esperaba, sin embargo, que aquel viaje desataría un pitote de enorme magnitud. La revista 'Lecturas' publicaba fotografías del príncipe heredero, Federico, durante un fin de semana muy sospechoso en Madrid en compañía femenina. Una mujer, la su acompañante, bien conocida: Genoveva Casanova. Ex de Cayetano Martínez de Irujo, José María Michavila, Gonzalo Vargas-Llosa, incluso salió con el cantante Luis Miguel. Con el royal danés picaba todavía más alto, la realeza. "Son solo amigos" fue la versión oficial mantenida durante semanas, pero que olía a chamuscado era evidente. Federico, casado desde hace dos décadas con la australiana Mary Donaldson, y padre de dos hijos, había sido pillado en fuera de juego y marcando goles fuera de casa. La reacción de los monarcas españoles en el palacio de Christianborg, especialmente la de Letizia, fue radical: desprecio hacia el hijo de la reina Margarita, y empatía con la mujer engañada. Cómo han cambiado las cosas en poco más de 45 días. El mundo al revés.
Pues bien, los daneses han sido preguntados por su Casa Real, y los resultados dan miedo a la Corona. "Tiene 55 años y no es lo bastante maduro para ser rey", dicen de Federico. "No está preparado para asumir al cargo", ha asegurado el experto royal escandinavo Kim Bach. Casi la mitad de los encuestados abogan porque la reina, de 83 años, sea regente hasta su muerte. Y menos de la mitad desean que abdique. Hace muy poco, la proporción era diametralmente opuesta: un 65% optaba por la sucesión inmediata. Menos del 30% están al lado del heredero, según la TV2 pública. Federico se ha cargado en un fin de semana todo el trabajo hecho desde la institución para preparar el relevo en la Jefatura del Estado. "Lo ha frustrado con la imagen saliendo de casa de Genoveva con aquella maleta con ruedas", sentencian. Panorama desolador, y aviso a navegantes. Letizia y Felipe, calienta que sales.
