Este domingo 18 de mayo se daba la bienvenida al Papa León XIV en la Plaza de San Pedro, en Roma. Letizia y Felipe VI volvían como representantes de España tras asistir al funeral del Papa Francisco. En esta ocasión cambiaba el negro por el blanco. Se aprovechaba del privilegio que tenía como reina católica, solo cinco mujeres pueden vestir de blanco frente al Papa. La monarca apareció deslumbrante con un vestido blanco que le llegaba más allá de la altura de la rodilla y una mantilla del mismo color. Nuevamente destacó incluso por encima del gran protagonista. A ella le gusta llamar la atención, pero a la iglesia esa actitud no tanto. Han llamado la atención a Casa Real. Por norma general, el protocolo dicta que tanto reinas como primeras damas se personen ante la máxima autoridad eclesiástica con atuendo negro.

Letizia brilló con su blanco nuclear mientras el resto de mujeres lucían el riguroso negro. La reina Sofía también puede lucir el blanco en estos actos, pero ella siempre utilizó el negro por educación, nunca quiso estar por encima del Papa. No era su momento de destacar, debía mantenerse en un segundo plano. La única excepción en la que no se puede vestir de blanco es en los funerales. Allí impera el riguroso negro.
Letizia desafía a la Iglesia
Letizia entró en la Basílica de San Pedro y en ningún momento se santiguó ni tan siquiera comulgó. Ella continúa siendo fiel a sus creencias y nunca mostrará su apoyo a la iglesia porque ella se declara agnóstica confesa. De hecho, no quería asistir a la misa de bienvenida al Papa León XIV, pero se vio en la obligación de hacerlo para no dejar mal a la corona, son actos a los que le encantaría poder enviar a la reina Sofía, o definitivamente que acudiese Felipe VI completamente solo. No tenía excusa para no asistir a este acto.
La iglesia siempre ha creído que ha perdido una gran fuerza en España por culpa de la presencia de Letizia como reina de España. La emérita Sofía era de fuertes creencias religiosas y los actos religiosos estaban a la orden del día en su agenda institucional, pero en el caso de la actual monarca los ha eliminado todos. Incluso esos valores no los transmite a sus dos hijas, quienes tampoco tienen actos relacionados con la institución ni acuden a misa con regularidad. Letizia cree que con la iglesia es algo con lo que hay que acabar. La institución religiosa conoce de sobras a Letizia y saben cuáles son sus pensamientos.
