Este verano, la reina Letizia decidió que sus vacaciones serían diferentes. Por primera vez en años, no ha compartido su tiempo libre con el rey Felipe VI. Según fuentes cercanas a la Casa Real, los monarcas mantienen una unión institucional pero dejaron de convivir hace años, protegiendo el bienestar de Leonor y Sofía.

Felipe VI llegó solo a Palma de Mallorca, cumpliendo con su agenda oficial. Entrenó con su barco, recibió a autoridades y se mantuvo visible en los actos públicos. Letizia, en cambio, apareció varios días después, acompañada únicamente de sus hijas y evitando cualquier encuentro público con el rey. No fue hasta el 4 de agosto cuando ambos coincidieron en el mismo espacio.

Mansión griega de la familia real holandesa

Felipe VI y Letizia, separados después de Marivent

Tras Marivent, la separación se hizo más evidente. Letizia no compartió las vacaciones privadas que tradicionalmente cierran la estancia mallorquina. Ambos partieron hacia Grecia, pero por rutas distintas. Felipe se alojó en una villa de lujo propiedad de la familia real holandesa, con acceso directo al mar Egeo y espacios privados que incluyen jardines y viviendas independientes.

La villa, valorada en 4,5 millones de euros, ofrece un nivel de exclusividad y comodidad elevado, con más de 4.000 metros cuadrados de superficie. Felipe pasó allí su tiempo libre mientras Letizia optaba por un itinerario propio, embarcándose en un yate de lujo donde disfrutó de días de relax junto a su círculo íntimo.

Letizia

Unas vacaciones valoradas en medio millón de euros

El yate, valorado en 8 millones de euros, permitió a Letizia mantener la discreción durante toda su travesía. Sus vacaciones continuaron después en otro destino exclusivo, diseñado para garantizar privacidad y comodidad. Las fuentes señalan que Letizia ha podido disfrutar de estos días sin interrupciones ni compromisos oficiales.

Se calcula que el coste total de las vacaciones, incluyendo seguridad, protocolo y servicios, supera los 500.000 euros. Esta cifra refleja no solo el lujo del viaje, sino también la inversión necesaria para mantener la privacidad y el confort de la reina durante sus desplazamientos internacionales.