El protocolo real nunca deja de sorprender. Para el rey Felipe VI y la reina Letizia, los detalles son fundamentales, incluso cuando se trata de sus preferencias personales durante los viajes oficiales. Con motivo de la entrega de los Premios Princesa de Girona este fin de semana, las excentricidades de los monarcas vuelven a estar en el centro de atención.

Felipe VI siempre consume lo mismo en sus viajes insitucionales

Según revelaciones de la periodista Pilar Eyre, los reyes tienen ciertas manías que deben cumplirse sin excepción. Una de ellas es la solicitud de Felipe VI de tener a su disposición zumo de tomate en todos los actos institucionales. Esta elección, según Eyre, no es solo por gusto, sino porque el rey considera que le proporciona algo de sustancia que le ayuda a mantenerse durante eventos largos donde no puede comer.

Felipe y Letizia, salida nocturna
Felipe y Letizia, salida nocturna

"El rey toma solamente zumo de tomate, porque como sabe que no van a poder estar comiendo, picar de las bandejas, al menos es un poco como de alimento, que así le ayuda a aguantar”, reveló la cronista. Es por esto que casa real envía botellas de zumo de tomate a todos los lugares donde se desplaza el monarca, asegurándose de que nunca falte.

Letizia también tiene sus producto estrella

Letizia, por otro lado, tiene su propia obsesión con una bebida catalana específica: el Vichy Catalán con una rodaja de limón. Esta bebida es su preferida cuando está fuera de Madrid y especialmente cuando visita Cataluña. Pilar Eyre detalla cómo Letizia lo consume en diferentes momentos del día: durante las comidas, como aperitivo o incluso como copa en eventos sociales. Esta preferencia muestra el apego de la reina a las tradiciones locales y su gusto por los productos de calidad.

Además de estas particularidades, los reyes también tienen una solicitud peculiar que puede parecer extravagante para algunos: necesitan disponer de un lavabo exclusivo para ellos solos antes de cualquier acto oficial. Según Eyre, esta petición se cumple rigurosamente, asignándoles un baño privado para que lo utilicen antes de la llegada de los demás invitados. Esta práctica, aunque asegura la comodidad y privacidad de los monarcas, ha generado cierta controversia y críticas en las redes sociales por considerarse un privilegio innecesario.