Carmen Iglesias puede estar satisfecha. Hizo un buen trabajo cuando era docente con su alumno más célebre, el rey Felipe. Porque tanto maestra como alumno dicen las mismas sandeces y sueltan la misma bilis hacia Catalunya. Los dogmas de la profesora se ve que calaron en el Borbón. Sólo hay que repasar algún discurso del monarca, como el del 3 de octubre. Iglesias, aparte de la preceptora del rey, la supervisora de sus estudios en época de estudiante y quien le enseñó Historia, también es la directora de la Real Academia de la Historia y miembro de la Real Academia Española.

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Esta señora acostumbra a hacer vomitivas afirmaciones sobre lo que ella cree que pasa en Catalunya. Pilar Rahola ya la definió así:

No sabemos si Rahola ha leído ahora otra entrevista que le han hecho a este personaje grotesco. Porque Iglesias ha hablado para El Español. Ha encendido el ventilador de basura, lo ha dirigido hacia el nordeste de la península y se ha despachado. Le preguntan "¿Cómo cree que retratará la historia todo lo que está sucediendo en Cataluña?". Respuesta: "Como la negación de la verdad de los hechos. Lo que no podrán decir nunca es que España trató mal de forma singular a Cataluña. Es más, en la época contemporánea han sido privilegiados en el franquismo, en el posfranquismo y no digamos en la democracia". Chim pum. Sólo le ha faltado escupir y ponerse un palillo en la boca. O quizás también lo ha hecho.

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Hay más. También hace de sabelotodo dando lecciones de lengua y de enseñanza desde la distancia: "Desde que empezó la inmersión lingüística hemos estado diciendo el peligro que eso tenía, porque entre otras cosas, las personas de Iberoamérica que llegan a estos territorios de inmersión, les desgajan de su lengua y ya me dirás la movilidad laboral que pueden tener en el futuro". El medio ve un filón y le pone otra pregunta en bandeja: "Hablábamos al principio de las falsedades históricas que contienen muchos textos, sobre todo en Cataluña...". E Iglesias se abona: "En textos de educación en todas partes… incluso en muchos sitios donde no hay falsedades directas hay tales omisiones y tales sesgos aldeanos que hacen el mismo efecto".

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No se dejen engañar por la imagen. No es Harpo Marx ni hace puñetera gracia. Más bien provoca vergüenza ajena.