Durante muchos años, Camilla Parker-Bowles fue tildada como ‘la tercera en discordia’ en el matrimonio de Carlos III de Inglaterra y la princesa Diana. Sin embargo, para el nuevo monarca británico, Camilla siempre ha sido su gran amor, su confidente, su apoyo y hasta su terapeuta, dado que ha sido la única persona que le ha ayudado a superar algunos de los traumas de su infancia. Recientemente, el príncipe Eduardo Von Anhalt-Dessau, primo de Carlos III y uno de sus mejores amigos, ha revelado que el soberano, quien siempre se ha mostrado “muy sensible a las violaciones de protocolo”, según indica la biógrafa Sally Bedell Smith, ha podido superar un trauma gracias a su esposa Camilla, mejorando así sus capacidades para entablar relaciones sociales con otras personas sin “perder el control”.

En un artículo publicado en la revista alemana ‘Stern’, el primo de Carlos III, quien también ejerce de periodista, reveló que el soberano ha superado su trauma al contacto físico espontáneo con otras personas gracias a su esposa. “Carlos tuvo un gran trauma que Camilla resolvió. Solía perder el control cuando alguien lo tocaba espontáneamente, le ponía la mano en el brazo o incluso en el hombro”, contó a la revista. Además, indicó que el rey podría “entrar en pánico” cuando se encontraba solo y rodeado por un grupo de desconocidos. Sin embargo, “ahora está muy relajado, incluso cuando está rodeado de gente y ésta le toca. Ese es claramente el mérito de Camilla”, afirmó Von Anhalt-Dessau.

Los traumas de Carlos III por la frialdad de los Windsor

Para nadie es un secreto que Carlos III siempre ha sido un hombre tímido y reservado con sus emociones y sentimientos, así que nunca fue muy cálido con sus hijos ni con su primera esposa, la princesa Diana. De hecho, Lady Di reveló en una entrevista con la escritora Ingrid Seward que su marido “no podía ser táctil” con ella y que sufría de una gran “retención emocional” por haber nacido en una familia en la que lo más importante es el legado de la institución y no los lazos afectivos entre sus miembros.

No obstante, a pesar de la evidente frialdad de los Windsor, Eduardo Von Anhalt-Dessau asegura que el trauma de Carlos III de ser tocado provenía del recuerdo de su paso por Gordonstoun, el internado al que le obligó a ir su padre, Felipe de Edimburgo, en un intento de convertir a un príncipe Carlos sensible, interesado en las artes y en la literatura, en un hombre fuerte y preparado para convertirse en el próximo soberano británico.

De acuerdo con los testimonios de algunas fuentes cercanas a Carlos III, el frágil príncipe se convirtió en el objetivo de todos los matones del internado escocés, por lo que fue víctima de maltratos psicológicos, verbales y físicos durante gran parte de su infancia y adolescencia. El bullying sufrido en Gordonstoun provocó que Carlos III sufriera ataques de pánico ante el contacto físico de desconocidos, hasta que conoció a Camilla hace más de 50 años, la mujer que finalmente terminó convirtiéndose en su reina.