Carlos III, el flamante rey del Reino Unido, parece tener todo el poder y la majestuosidad que podría desear un monarca, pero hay un dolor que carcome su corazón: la distancia y la falta de comunicación con sus dos pequeños nietos, los príncipes Archie y Lilibet Diana. ¿El motivo? Meghan Markle, la esposa del príncipe Harry, quien ha decidido mantener aislados a sus dos hijos de su abuelo, lo que ha provocado una creciente brecha en la relación entre el monarca y sus descendientes, quienes ocupan el sexto y el séptimo lugar en la línea de sucesión al trono británico.

A pesar de su posición como rey, Carlos III enfrenta dificultades en su intento de establecer una comunicación con sus nietos. La distancia geográfica no ayuda a esta complicada relación, ya que Archie y Lilibet residen en Estados Unidos junto a sus padres. A pesar de los esfuerzos del monarca por mantener un contacto regular con sus nietos, Meghan Markle ha obstaculizado en gran medida su comunicación con ellos, una afrenta que no ha pasado desapercibida por el padre del príncipe Harry.

La comunicación entre Carlos III y los pequeños Sussex se ha vuelto aún más complicada desde que la ex actriz de ‘Suits’ tomó la controvertida decisión de prohibir las llamadas entrantes procedentes del Palacio de Buckingham. Atrás quedaron los días en que el rey podía comunicarse con Archie y Lilibet a través de videollamadas. Ahora, Meghan Markle ha cerrado esta puerta, dejando al monarca en un aislamiento que nunca hubiera imaginado. De hecho, esta decisión ha tomado por sorpresa a todos, dado que una fuente cercana a los Sussex reveló que Meghan deseaba que sus hijos tuvieran una relación cercana con su abuelo, especialmente después de haber separado a sus hijos de su propio padre, Thomas Markle. No obstante, esto finalmente no ha sido posible, y no porque Su Majestad carezca de interés en estrechar vínculos con sus nietos.

El regalo no aceptado: señal de una relación fracturada

La negativa de la duquesa de Sussex de permitir que sus hijos mantengan lazos con su familia paterna llegó a un punto crítico cuando, en el segundo cumpleaños de Lilibet Diana, el príncipe Harry rechazó un obsequio del rey destinado a su propia hija. Aunque los detalles de lo que ocurrió después son desconocidos, los rumores apuntan a que esta decisión fue influenciada directamente por Meghan Markle, quien busca que sus hijos eviten cualquier contacto con Carlos III y, posiblemente, con la realeza británica en su totalidad.

Carlos III quiere a sus nietos de vuelta

Sin embargo, a pesar de las tensiones entre los Sussex y los miembros activos de ‘La Firma’, Carlos III sigue sintiendo un profundo cariño por Archie y Lilibet. Su anhelo es que regresen al Reino Unido, junto a su padre, el príncipe Harry.  No obstante, las prohibiciones de Meghan Markle estarían impidiendo este regreso, dejando en el aire la posibilidad de una reconciliación que permita a Archie y Lilibet disfrutar de una relación cercana con su abuelo y con los demás miembros de la Corona británica.