Juan Carlos I volvió a España y almorzó con gran parte de su familia, entre la que se encontraba Sofía, su mujer. Curiosamente, la madre de Felipe VI estuvo en contacto con un positivo en Covid y tuvo que permanecer aislada del resto para evitar contagios. Algunos creen que fue un plan perfecto para no tener que sentarse al lado de su marido y ni tan siquiera saludarle. Sofía y Juan Carlos I han mantenido las formas durante todas estas décadas de reinado, pero en numerosas ocasiones se ha hablado de las supuestas infidelidades del monarca y desplantes a la entonces reina. Incluso dormían en habitaciones separadas. La reina emérita no ha sido feliz.
La otra persona en la vida de Sofía
Tal y como contó Pilar Eyre, Sofía estuvo enamorada de otra persona, sin embargo la relación no prosperó y terminó casándose con Juan Carlos I en 1975. Como confesó la periodista experta en Casa Real, hubo otro amor en la vida de la madre de Felipe VI. Se trataba del príncipe Harald de Noruega. De hecho, era el primer candidato de la reina Federica y la preferencia de Sofía.
“Ay, Sofía. Se había enamorado como una tonta del apuesto, pero insípido, príncipe Harald de Noruega”, escribió Eyre en la revista Lecturas. “Salían fotos de los dos a bordo de una lancha motora en las regatas de Hankoe diciendo: ‘Los dos príncipes sostienen un tierno idilio con todo el esplendor de sus veinte años’”, recordó Eyre.
Sin embargo, en esta tira y afloja que duró una década, Sofía se dio cuenta que no era correspondida. Harald la tenía en mucha consideración pero estaba perdidamente enamorado de otra mujer. “La princesa sufría horriblemente porque Harald de quien estaba enamorado de verdad era de una sencilla modistilla de Oslo llamada Sonia, y a ella la utilizaba solamente de tapadera”, reveló la cronista.
Harald se alejó cada vez más de Sofía hasta olvidarse de ella, y la reina emérita, muy a su pesar, terminó con Juan Carlos I, pero más por insistencia y desamor que por otra cosa.