La princesa Leonor sigue cumpliendo con la hoja de ruta trazada para su futuro como jefa del Estado. El pasado 1 de septiembre dio comienzo a su último año de formación militar, esta vez en la Escuela del Aire de San Javier, en Murcia. Allí, la heredera al trono se prepara para una nueva etapa en la que aprenderá nociones de vuelo y maniobras aéreas, aunque su experiencia práctica se limitará, por razones de seguridad, de momento, al simulador. Cuando llegue el momento de subir a un avión real, lo hará siempre acompañada por su instructora. Nunca sola.

La rutina en San Javier no difiere de la que vivió en Zaragoza o en Marín. Despierta temprano, sigue un horario férreo y cumple con el mismo nivel de exigencia que el resto de compañeros. Está habituada a la disciplina y no le cuesta adaptarse, aunque en esta nueva etapa, al menos por ahora, no se la ha vinculado sentimentalmente con nadie dentro del centro. No ocurrió lo mismo en años anteriores, cuando algunos rumores apuntaban a un posible romance.
Durante su estancia en la Escuela Naval, Leonor coincidió con un joven madrileño, estudiante brillante y perteneciente a una familia acomodada, que actualmente continúa su formación en Marín. Ambos compartieron seis meses de travesía por Latinoamérica a bordo del Juan Sebastián Elcano, y la complicidad entre ellos no pasó desapercibida. Su entorno negó entonces cualquier relación seria, pero lo cierto es que la comunicación entre ambos nunca llegó a romperse.
Leonor ha tenido la visita de su amigo especial en Marín, han pasado la noche en una habitación
El joven, que destacó por obtener una de las mejores notas de selectividad de su promoción, habría visitado recientemente a la princesa en San Javier. Según fuentes próximas a la Casa Real, fueron los propios escoltas quienes informaron a Felipe VI y a Letizia de estos encuentros. Aunque los reyes preferirían que Leonor se mantuviera centrada en su formación, son conscientes de que está viviendo la etapa en la que todo se descubre: el amor, la independencia y las primeras decisiones personales.
En cuanto a su día a día, la princesa comparte habitación con otras tres compañeras, como una más. Sin embargo, dispone también de un pequeño espacio privado reservado exclusivamente para ella, donde puede recibir a familiares o amigos y disfrutar de cierta intimidad. Es precisamente en ese rincón discreto donde, según apuntan algunas fuentes, se habría reencontrado en más de una ocasión con su amigo especial. La princesa cumple con su deber, pero en los ratos libres y en su intimidad, intenta ser simplemente una joven de 19 años que vive, siente y se enamora por primera vez.
