Realidad aumentada y realidad virtual han irrumpido en la sociedad en los últimos años, dejando de ser tecnologías sólo para desarrolladores y pasando a ofrecer experiencias en smartphones, tablets, ordenadores y consolas. Ya no son prototipos que muestran lo que verán los usuarios algún día, sino que ese día ya ha llegado. La tecnología se abre camino y con las realidades aumentada y virtual no podía ser de otra manera; mientras éstas mejoran y se perfeccionan, nace una derivada: la realidad mixta.

Para vivir una experiencia de realidad virtual, el usuario necesita de unas gafas y de un dispositivo con el que hacer funcionar el software. A través de esta tecnología, la persona puede sumergirse en un mundo artificial donde poder moverse e interactuar con objetos. En el caso de la realidad aumentada, la información digital se superpone sobre la imagen del mundo real que se observa a través de la pantalla, por lo que el entorno no es totalmente inmersivo.

La realidad mixta otorga al usuario la capacidad de explorar el mundo virtual y el real a la vez. Los objetos digitales aparecen en el mundo real, las dimensiones se adaptan a la distancia a la que se encuentra la persona, por lo que la interacción es total al tener libertad de movimiento, así como de ángulo y perspectiva. Se trata, por tanto, de un entorno que mezcla los mejores aspectos de ambas realidades, lo que permite que sólo se necesiten unas gafas para poder utilizar una u otra.

Se trata de una tecnología con menos recorrido que las realidades aumentada y virtual, aunque con un potencial similar. Microsoft, entre otras empresas, ha sido una de las compañías que más está apostando en el desarrollo de la realidad mixta mediante sus gafas Hololens, que actualmente sólo se venden para desarrolladores, y su proyecto Windows Mixed Reality.

Un ejemplo de las posibilidades de esta tecnología se encuentra en el sector sanitario. El Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid realizó una cirugía con apoyo de la realidad mixta para extirpar un tumor muscular maligno a una paciente el pasado abril. Para llevar a cabo ese proceso, el cirujano utilizó las gafas de realidad mixta Hololens que, a su vez, se complementaron con la aplicación HoloSurg, desarrollada por la startup española Exovite, una compañía de biotecnología escogida por Microsoft para un programa de aceleración en 2014.

A través de este proyecto pionero en el mundo, la aplicación permite al cirujano observar una serie de paneles virtuales con los que puede interactuar y que puede situar en cualquier lugar de la sala para manipularlos como prefiera. Éstos aportan la información necesaria para la realización de la cirugía, como los datos médicos del paciente, una digitalización tridimensional de la zona a operar y del tumor, entre otras cuestiones.

Cada vez más gafas y más experiencias

Cada vez son más las empresas tecnológicas que deciden lanzar al mercado sus propias gafas de realidad virtual, aumentada o mixta. La última en subir la apuesta en este mercado será Samsung, que ofrecerá un dispositivo llamado Samsung Odyssey VR para plantar cara a Oculus Rift y HTC Vive. Su mejor baza será una resolución mayor que sus rivales, una de las especificaciones a mejorar por las compañías y que más demandan los usuarios a la hora de plantearse el salto a estas tecnologías.

Este tipo de experiencias cada vez se vuelven más accesibles para el público. Los precios de estos dispositivos han bajado durante el último año y las empresas están lanzando productos al mercado masivo. El último gigante del sector en apostar por un dispositivo asequible ha sido Facebook, que anunció este mes las gafas Oculus Go, que se lanzarán a principios de 2018 a un precio de 199 dólares.