El mercado de la tecnología es omnipresente hoy día en nuestra vida y todas las grandes empresas quieren ganarse un hueco. Sin embargo, algunas fracasan en su intento por conseguir captar nuestro interés. En los últimos años, algunas importantes marcas han lanzado al mercado productos con los que querían innovar y competir por el éxito, pero su destino ha terminado siendo muy distinto.

El Blu-Ray, eternamente cuestionado

Durante sus tres primeros años de vida, el Blu-Ray sólo alcanzó el 8% del mercado de vídeo doméstico en España y, aunque más tarde creció hasta el 35%, siempre ha sido un formato que no ha terminado de triunfar como sí hizo el DVD. Para empezar, se trataba de un sistema muy parecido al de su antecesor, más continuista y sin el carácter rompedor que tuvo el DVD ante el VHS. Con más capacidad de almacenamiento de información y mayor resolución de imagen, los motivos no convencieron del todo al público mayoritario para sustituir al DVD. Allá por el año 2006, durante la llegada de los primeros formatos Blu-Ray, la piratería y la descarga de contenidos audiovisuales ya estaba muy asentada. Poco a poco, servicios de streaming y la nube comenzaron a hacer hincapié en que el presente y el futuro de la visualización de películas y series pasa por el formato digital.

La televisión 3D ya es historia

Y una historia corta. Samsung y Philips no lanzaron más televisores de este tipo durante el pasado 2016. Sony y LG han querido alargar lo inevitable un poco más, aunque Panasonic sigue siendo la que todavía no ha querido tirar la toalla en este asunto. Las televisiones 3D venían a traer al salón de casa la experiencia 3D que tan de moda se había puesto en los cines en los últimos años, pero sin éxito. La falta de contenidos y prestaciones que resultaron ser poco más que innecesarias para la mayoría de consumidores terminaron provocando a estos dispositivos el fracaso rotundo.

Amazon

El mercado de las televisiones pasa ahora por ofrecer una calidad de imagen sin precedentes gracias al uso de nuevos paneles, la tecnología HDR y la resolución Ultra HD o 4K. No obstante, el mercado de las televisiones 4K no termina de despegar, su precio sigue siendo un hándicap para muchos compradores y existe una evidente carencia de contenidos adaptados.

Los relojes inteligentes no convencen

Los ‘smartwatches’ no consiguen vencer a los relojes convencionales. Según la consultora IDC, durante el tercer trimestre del pasado año se vendieron 2,7 millones de relojes inteligentes en todo el mundo, mientras que en el mismo periodo de 2015 fueron 5,6 millones. En este aspecto, los ‘boom’ de ventas se los lleva de calle Apple con los Apple Watch, pero no parece tratarse de una tecnología que case con todo tipo de público y de cualquier franja de edad. Venían a ser el complemento perfecto para el smartphone, incluso su sustituto para realizar ciertas tareas como consultar algunas notificaciones o desplegar algunas apps. Sin embargo, parece que el smartphone no necesita ayuda externa.

La derrota de Windows Phone

Microsoft ha tenido que encajar una derrota contundente en su intento por meterse de lleno en un mercado de smartphones dominado por Apple y Android. En España, la cuota de mercado de los móviles con Windows cayó hasta el 1% en 2016, siendo evidente el fracaso de su sistema operativo en los teléfonos inteligentes. ¿Las principales razones? Un diseño poco atractivo para los acostumbrados a Android i iOS, pero sobre todo una falta de aplicaciones de vital importancia para la mayoría de usuarios. Snapchat, Gmail, Tinder o Google Maps, entre otras, no se encuentran disponibles para sistemas Windows. Además, algunas empresas como Amazon o la BBC han retirado de dicho sistema operativo sus aplicaciones.

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Wii U, la gran incomprendida

Fue incomprendida por usuarios y prensa especializada tras su anuncio oficial. Se trataba de la sucesora de la exitosa Wii, pero muchos no terminaron de entender su propuesta ni a dónde quería llegar Nintendo con su nuevo mando con pantalla integrada. La falta de potencia frente a PlayStation 4 y Xbox One y un catálogo de juegos en el que apenas apostaron las desarrolladoras externas hicieron que Wii U nunca adquiriera la envergadura deseada por la marca japonesa. Ahora Nintendo Switch se asoma en el horizonte para recuperar el terreno perdido por su fracasada predecesora.