Un exalumno de la escuela Mireia de Montgat (Marisma) ha denunciado un nuevo caso de pederastia. Según explica Roger Casanovas, el profesor de religión del colegio se masturbó delante suyo al menos en dos ocasiones durante el curso comprendido entre los años 1984 y 1985, cuando la víctima tenía sólo 14 años. "Era una bellísima persona, pero se ve que yo le gustaba", recuerda Casanovas, que ha decidido hacer público su testimonio a raíz del estallido de los últimos casos de pederastia en Montserrat y Constantí (Tarragona).

M.Y. fue tutor de la víctima a primero de B.U.P. "Él se me cuidaba mucho. Me abrazaba muchas veces", señala el exalumno. Casanovas recuerda que el primer episodio se produjo en el edificio que tenía la escuela en el municipio de Tiana, cuando el maestro lo llamó para comentar alguna cosa a solas. El profesor lo llevó a una habitación pequeña, al lado de la escalera que subía a las aulas. En la sala sólo había un sofá individual, una ventana y una figura del niño Jesús colgada en la pared. "Sólo de entrar, él me abraza. Huele a una colonia antigua, a veces todavía la huelo", señala rememorando el momento.

La víctima tiene grabada la imagen de cómo el profesor, que estaba sentado en el sofá, le hace sentarse encima de sus piernas mirando a la pared. Casanovas oye entonces un ruido extraño, su posición no le permite ver al maestro. Desconcertado, intenta girarse, pero el hombre lo impide aguantándole el cuello con fuerza. "Se está masturbando..el maestro de religión. Qué asco", pensó el exalumno justo antes de marearse. Según explica el denunciante, cuando el profesor acabó de masturbarse le dijo que no se girara, lo cogió por la frente y lo acurrucó encima suyo.

Este episodio se repitió al menos una vez más. "Me abrazó y empezó a masturbarse mientras yo estaba de espaldas", explica la víctima. Coincidiendo con el primer incidente, Casanovas empezó a sufrir fuertes y reiteradas migrañas. "Había días que no podía salir de casa", asegura. Cuando el dolor de cabeza se producía a la escuela y el exalumno iba a tenderse en la sala de descanso, el maestro acostumbraba a abrazar al exalumno hasta que este quedaba dormido.

"Lo que me hizo más daño fue que nadie me creyera", lamenta Casanovas. El exalumno lo explicó todo tanto a sus padres como en la escuela, pero en ninguno de los dos casos recibió apoyo. Nadie tomó su testimonio como verídico. "En casa se hacía el silencio cuando hablábamos del tema", señala. Su madre trabajaba de profesora en el mismo colegio y el denunciante decidió que lo mejor era callar.

A partir de estos episodios, la víctima empeoró notablemente en el instituto y, después de cambiar el bachillerato por la formación profesional, acabó dejando de estudiar y se puso a trabajar. Actualmente, Casanovas es músico y vive en Ripoll (Ripollès).

Con respecto al profesor, M.Y. murió hace ya unos cuantos años. Sin embargo, la víctima ha decidido hacerlo público después de escuchar las palabras de uno de los testigos de los abusos sexuales de Montserrat, quien decía que valía la pena denunciar casos así aunque al pederasta ya no se le pueda juzgar. "Pensé que lo tenía que hacer público sí o sí", explica Casanovas.