Ha sido Oriol Junqueras quien esta semana ha reabierto el debate, quien ha destapado la caja de los truenos. Interpelado por el economista Xavier Sala i Martín sobre la posibilidad de declarar unilateralmente la independencia el día siguiente de la fecha prevista por el referéndum si finalmente no se puede celebrar, el vicepresidente del Govern replicaba: "Eso está recogido en el programa electoral". Y remachaba: "Y nosotros somos partidarios siempre de respetar los compromisos que tenemos".

Junqueras hacía referencia a la cláusula "de desbloqueo" del programa electoral de Junts pel Sí el 27-S, que decía lo siguiente: "En caso de que el Estado español, mediante decisiones políticas y/o jurídicas, bloquee el autogobierno de Catalunya, el Govern y el Parlament procederán a la proclamación de la independencia y a la aprobación de la Ley de transitoriedad jurídica".

Una vez abierto el debate, los otros actores del soberanismo también han reaccionado. Desde la banda política, la CUP ha mantenido su exigencia de fijar una fecha y una pregunta al referéndum y ha defendido la DUI en un único escenario: si se impide físicamente. Desde la sociedad civil, la Assemblea Nacional Catalana (ANC) ha decidido someter a votación de todos sus socios si dan apoyo a una DUI si el referéndum fracasa. Y el Govern en pleno ha ratificado su compromiso con el referéndum

El debate ya está instalado de nuevo en la política catalana. ¿Hasta dónde se tiene que llegar en la batalla por el referéndum? ¿Se debe celebrar bajo cualquier circunstancia? ¿Qué se tiene que hacer si finalmente no se puede llevar a cabo? Hablamos con varias voces del mundo académico y de la sociedad civil que se han significado a favor del referéndum. Todos están de acuerdo en que ésta tiene que ser la prioridad. Los matices vienen después.

Jordi Sànchez: "La DUI es una posibilidad no deseable, pero una posibilidad"

"Todas nuestras energías las depositamos en el referéndum, porque es nuestra apuesta", defiende Jordi Sànchez, presidente de la Assemblea Nacional Catalana (ANC). "Sabemos que es posible, que el Govern está comprometido y que es el acto democrático por excelencia e inevitable en cualquier momento antes de la independencia". En este sentido, recuerda que, entre otros, la ANC hizo ver al gobierno de Junts pel Sí la necesidad de modificar la hoja de ruta para incluir el referéndum, que inicialmente no contemplaba.

No obstante, si llega un momento en que "todo está bloqueado y la coacción es de tal magnitud", Sànchez cree que la situación obligaría a "hacer un gesto extremo delante del mundo y del mismo país proclamando la independencia", siguiendo el "mandato de las urnas del 27-S". Sólo lo contempla si "el hecho de mantener las urnas es materialmente imposible", o por la retirada física o por la suspensión de las instituciones. Pero el presidente de la Assemblea señala que, en ningún caso, la DUI sustituirá al referéndum. "Sólo se invertiría el orden de los hechos, porque a la DUI le seguiría un referéndum de ratificación", aclara.

"Nuestra apuesta es por el referéndum, pero en política hay otras salidas, y la DUI puede ser una", reitera el presidente de la organización civil, que considera que "es una posibilidad no deseable, pero una posibilidad". Se atreve a cuantificar la probabilidad de este escenario: inferior al 5%. "Es un debate que sobre todo interesa en Madrid, porque abre la puerta a los unionistas a hablar de golpes de estado", dice Sànchez.

Josep Costa: "Un boicot escandaloso del Estado puede legitimar una DUI"

"El referéndum tiene que ser primero y prioritario, y la declaración de independencia tendría que ser posterior a la celebración de este referéndum", defiende Josep Costa, jurista, profesor de Teoría Política en la Universitat Pompeu Fabra (UPF) y autor de O secessió o secessió: la paradoxa espanyola davant l'independentisme (Acontravent, 2017). Y añade: "Para proclamar la independencia tienes que ganar el referéndum o que el Estado te lo boicotee de una manera tan escandalosa que te sientas legitimado para hacerlo".

Costa cree que el Govern tiene que llegar hasta el final a la hora de poner las urnas, hasta las últimas consecuencias. "Hay que ser conscientes de que la batalla de verdad será para poner las urnas, no para retirarlas", explica al jurista. "El Estado lo que busca es que desistas de poner las urnas, porque quiere evitar la imagen de tener que retirarlas físicamente", añade. Según Costa, la actuación del Govern catalán no puede ir condicionada por la actuación del Estado, sino al revés.

En un artículo en el diario Ara en julio del año pasado, en pleno debate sobre el RUI, Costa planteaba una alternativa entre los dos: el DRUI, o referéndum de convalidación. "Sería un referéndum no para decidir ni para ratificar, sino para convalidar la declaración de independencia", escribía el profesor de Teoría Política. "¿En qué se diferencia de las otras maneras de hacerlo? En el hecho de que la declaración es previa al referéndum, pero entra en vigor después de su celebración si el pueblo lo aprueba".

Elisenda Paluzie: "Si no puedes hacer efectivo un RUI, todavía menos una DUI"

Elisenda Paluzie, profesora de la Facultad de Economía y Empresa de la Universitat de Barcelona (UB), recuerda que hay un compromiso claro: "referéndum o referéndum". Según su opinión, no tiene ningún sentido plantear escenarios alternativos al del referéndum. "Hay un acuerdo de la mayoría parlamentaria, que es la del referéndum, y lo que tienen que hacer es sacar adelante aquello a que se comprometieron", afirma Paluzie. Su celebración "dependerá de si la presión jurídica surte efecto en nuestros gobernantes". Exige fecha, pregunta y poner en marcha la campaña.

Paluzie se aferra a los datos del último barómetro del Centro de Estudios de Opinión, según el cual el 73% de los catalanes irían a votar en un hipotético referéndum unilateral, ya fuera por el 'sí' o por el 'no'. "Si tenemos una herramienta que tiene este amplio apoyo, y que es la expresión más reconocida para el ejercicio del derecho de autodeterminación, no creo que aporte nada plantear escenarios alternativos", sostiene la economista. "Si no tenemos capacidad para hacer efectivo un referéndum unilateral, todavía menos para hacer efectiva una declaración de independencia", añade en referencia al escenario planteado por Junqueras.

Paluzie remarca que el referéndum "tiene más fuerza interna e internacional", porque es más "incomprensible" reprimir un referéndum. ¿Qué tienen que hacer los gobernantes catalanes si no pueden llevarlo a cabo? Según la académica, marcharse y dejar paso a otros: "Si no son capaces de hacer aquello a que se han comprometido con una mayoría parlamentaria, y que ha sustanciado la cuestión de confianza, tendrían que presentar la dimisión". Lo que no se plantea, sin embargo, es un retorno a la lógica autonomista de elecciones "con etiquetas".

Anna Arqué: "La DUI tiene que ser consecuencia de nuestra victoria"

Según Anna Arqué, portavoz de la International Commission of European Citizens (ICEC), la única posibilidad que impediría la celebración de un referéndum es "un autoboicot como el 9-N por supeditación". La retirada física de las urnas a través de la policía tampoco sería un impedimento, porque no tienen suficientes efectivos y porque se puede resolver con "un esfuerzo organizativo" y la participación de miembros de la comunidad internacional. "Si nos sacan las urnas, ponemos otras en otro lugar. No se entiende este derrotismo".

La portavoz del ICEC, con sede en Bruselas, argumenta que "es el Estado español quien tendrá el problema ante la comunidad internacional" si quiere reprimir las urnas y, por lo tanto, "ya no nos tiene que afectar a nosotros". En este sentido, Arqué recuerda que, en este supuesto, el Estado español infringiría los tratados internacionales que firmó y asumió como propios en su momento, que contemplan el derecho universal de autodeterminación. Hace referencia a ordenamiento jurídico internacional como la Carta de las Naciones Unidas, el Pacto de los Derechos Civiles y Políticos, la resolución 2625 de la ONU o el acta final de la Conferencia de Helsinki, entre otros.

"Tenemos que continuar con lo que es el único plan: el referéndum", asegura Arqué, que añade: "La DUI es otro momento que no ha llegado del mismo plan. La DUI y el referéndum no son excluyentes, no están al mismo nivel. El referéndum es el instrumento para dirimir si hacemos la declaración unilateral". Según el activista independentista, "la DUI no puede ser una huida adelante, sino consecuencia de nuestra victoria" al referéndum. "Si es consecuencia de la victoria de los otros", advierte, "no será sostenible".

Jordi Graupera: "Una DUI que es fruto de una derrota no es sostenible"

Para el filósofo Jordi Graupera, el referéndum es imprescindible "si quieres defender los derechos de los catalanes a la autodeterminación" y es un fastidio "si quieres mantener las cosas como están, como le pasa a parte del catalanismo y el procesismo". Según el profesor de la Universidad de Nueva York, el referéndum permite separar la autodeterminación (derecho a decidir) de la independencia (posicionamiento). Renunciar también sería "admitir que preferimos la represión hipotética a la libertad efectiva".

¿Y una declaración unilateral de independencia? "A mí me da la impresión que una DUI que es fruto de una derrota en el campo de los hechos, fruto de la imposibilidad de hacer un referéndum, es una cosa que no puede sostenerse", asegura Graupera, que añade: "Además, como momento fundacional, tiene muchos defectos, porque confunde la autodeterminación con la independencia". Según el filósofo, la declaración del Parlament "tiene que ser el fruto de una afirmación de la libertad, que, en el caso de Catalunya, quiere decir un contrato social de sus ciudadanos que aceptan que ellos tienen el derecho a decidirlo por la vía de la autodeterminación democrática".

Según su opinión, varias cosas pueden impedir el referéndum. En primer lugar, la falta de determinación del Parlament y el Govern. En segundo lugar, la intervención física simbólica del Estado que haga que los partidos catalanes retrocedan. En tercer lugar, menos probable, el impedimento físico de votar por parte de las fuerzas de seguridad. Finalmente, todavía menos probable, "una intervención divina que indique el inicio del Apocalipsis". Según Graupera, "si se hace, el Estado no se podrá permitir pararlo y desplazará la batalla en su interpretación". E insiste: "La única salida a las características concretas del caso catalán dentro de la España democrática en el mundo global del tardoliberalismo en crisis es el referéndum".

Joan Queralt: "La DUI puede ser una opción, en función de las circunstancias"

Joan Queralt, catedrático de Derecho Penal en la Universidad de Barcelona, defiende que el escenario prioritario es el referéndum acordado con el Estado español. De hecho, él es uno de los impulsores del Colectivo Praga, una iniciativa de juristas que el mes pasado presentó el Manifiesto en favor del derecho de los ciudadanos y ciudadanas de Catalunya a celebrar un referéndum para decidir el futuro político de Catalunya. Según Queralt, el referéndum pactado "tiene camino para recorrer". Aunque falta voluntad política, cita el ejemplo de la legalización del Partido Comunista de España, que en su momento parecía imposible.

En este sentido, el penalista recuerda que el referéndum unilateral "es el último recurso y sólo lo puedes practicar una vez". ¿Y la declaración unilateral? "La DUI podría ser una opción, en función de las circunstancias", señala el catedrático. Y añade: "Al final dependerá de cómo se haya trabajado a nivel interno e internacional. Tú puedes hacer una DUI, pero si fuera no te reconocen, no haces nada. De la misma manera, necesitas una buena presión popular, que ahora mismo no sé si está lo bastante madura".

A la hora de movilizar la ciudadanía, Queralt pone el foco en los indecisos. "La única manera de conseguir eso es superar este partidismo de mentirijilla", advierte el jurista. "Los partidos se tienen que olvidar de las elecciones, abandonar esta mentalidad cortoplacista y ser generosos. La forma de arrastrar a la gente es que la gente no vea intereses partidistas", añade. Debates nominalistas y tacticistas como el de la DUI, concluye, responden a esta lógica interesada y no animan a la gente, sino más bien todo lo contrario.