La polémica que levantó el protagonismo este viernes de la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría en el acto en apoyo a la candidatura de la fiesta de Sant Jordi como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad ha estado presente en el discurso del president, Carles Puigdemont, con motivo de esta diada. "Si lo conseguimos no será gracias a los herederos políticos de aquellos que persiguieron la cultura catalana durante décadas, sino a los que han mantenido viva la llama de la lengua y la cultura catalanas a través de los siglos", ha asegurado el president en su discurso institucional.

Puigdemont ha recordado que la Generalitat trabaja para que la fiesta sea reconocida por la Unesco y que "cuantas más instituciones se añadan, mejor". Pero ha dejado claro también que eso se conseguirá gracias a la gente que llena de forma masiva las calles con libros y rosas y "gracias a aquellos que mantuvieron la fiesta en tiempos difíciles, cuando editar un libro en catalán era un riesgo económico y también personal, cuando se tenía que imprimir clandestinamente para salvarnos las palabras".

En su segundo discurso con motivo de Sant Jordi como president y desde la galería gótica del palau de la Generalitat, Puigdemont ha explicado lo siguiente: "La fiesta de los libros y las rosas es "la manera que tenemos de demostrar que amamos nuestra lengua y nuestra cultura". "A través de los libros y de las rosas nos decimos muchas cosas: nos amamos, nos reconocemos como pueblo... Y lo hemos hecho siempre tanto en momentos de bonanza como en tiempo difíciles", ha añadido.

Con este discurso reivindicativo, Puigdemont ha salido al paso de la polémica provocada el viernes después de que Santamaría decidió hacerse suya una invitación dirigida al Ministerio de Cultura para participar en el acto organizar por la Cambra del Llibre y el Gremio de Floristas. En nombre del govern tenía previsto acudir en principio el conseller de Cultura, Santi Vila. Finalmente, sin embargo, ante el gesto de la número dos del gobierno español para asumir el protagonismo del acto se decidió que también el vicepresident, Oriol Junqueras, tomaría parte.

El malestar generado por el gesto de Santamaría provocó que la editora Isabel Martí dimitiera de su cargo. También la asociación de editores en lengua catalana denunció "instrumentalización política" de la vicepresidenta.

El president ha acabado el discurso institucional diciendo lo siguiente: "Invito a los catalanes a aprovechar esta festividad con la alegría colectiva que nos caracteriza como pueblo". "Demostramos una vez más al mundo quiénes somos: un país culto que hace del libro y de la rosa sus armas más poderosas", ha concluido.