La prensa española juzga, desautoriza y cuestiona hoy la justicia europea y carga fuerte contra la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) porque considera que se ha convertido en "una coartada para el odio", después de que ayer se pronunciara a favor de la libertad de expresión y castigara al Estado español a devolver el dinero de la multa y de los gastos judiciales a dos jóvenes que hace once años quemaron unas fotos de la Monarquía.

Según algunos diarios de Madrid, la sentencia de Estrasburgo da luz verde a los "separatistas" para "incitar a la violencia", así como para defender cualquier actuación independentista ante el mundo porque eso demostraría que el discurso político no se puede erradicar desde los tribunales.

La crítica hacia el TEDH viene cargada de perlas difíciles de asimilar e, incluso, de comprender. Sobretodo, de aquellos grandes rotativos españoles que opinan que esa sentencia es "interesada" y que responde a unos objetivos políticos muy concretos, y todavía más si se tiene en cuenta el contexto político que vive Catalunya, como si la judicialización de la política en España fuera la cosa más corriente de este mundo. 

De hecho, les cuesta de esconder el miedo a que esto marque un precedente para que la ciudadanía pueda expresarse libremente tal y como establece la propia Constitución española, así como del Convenio para la Protección de Derechos Humanos y Libertades Fundamentales (CEDH), porque, según dejan entrever sin disimulo, esto puede desembocar en nuevas pitadas a Felipe VI y quién sabe si en la final de la Copa del Rey se vuelve a vivir una fuerte pitada contra el Monarca en un país que puede acabar "perdiendo el respeto hacia sí mismo".

Incitar a la violencia

Sin ningún tipo de pudor, El Español define —para variar— a los dos condenados por la justicia española por injurias a la Corona como "separatistas" y se lamenta de que la sentencia del TEDH "desdibuja lamentablemente ante la opinión pública los límites que separan el derecho fundamental a la libertad de expresión con el delito de injurias a la Corona".

En su editorial titulada "Estrasburgo, coartada para el odio", los de Pedro J. Ramírez no tienen ningún problema en cuestionar esa sentencia bajo el argumento de que en España, la monarquía tiene un "papel simbólico" y que no entra en política —aunque para lo que convenga apoyen el discurso del gobierno del PP— y, justamente con este razonamiento, sostienen que la argumentación de la justicia europea "es discutible".

Eso sí, consideran que si la quema de fotografías hubiera sido con imágenes del presidente español, Mariano Rajoy, la cosa hubiese sido diferente. Según su punto de vista, la sentencia "sirve de coartada a quienes tratan de convertir la libertad de expresión en un pretexto para atentar contra el honor de los demás o incluso de incitar a la violencia".

Precisamente en ese sentido, critican que ahora "el separatismo interprete que Estrasburgo le da carta blanca para denigrar los símbolos de España" porque ven venir que eso marcará un precedente para poder "tumbar las causas abiertas por delitos de odio", cuando en España se ha llegado incluso a multar las pitadas al Rey en los estadios de fútbol.

Aquelarre secesionista

El Mundo, en una línea muy similar a El Español aunque mucho más suave, titula su editorial así: "Quemar fotos del Rey excede la crítica política", y se lamenta de que la sentencia del TEDH "elimina de algún modo el delito por injurias a la Corona" recogido en el orden constitucional español.

El diario citado considera que la sentencia de Estrasburgo está "bien fundamentada", pero, eso sí, sostiene que es "de difícil digestión", sobretodo si tienen en cuenta "el contexto político de desafío al Estado en Catalunya", pero también por el hecho de "despachar la quema de imágenes como mera crítica política, en la medida que la institución monárquica encarna a la nación española".

Justamente por ello, El Mundo se muestra apenado porque "se hace difícil no calificar este aquelarre secesionista y de raíz antimonárquica como un acto de incitación al odio y la violencia". A su juicio, la quema de fotos de la monarquía "constituye un ataque personal al Monarca, orientado a insultar y denigrar su figura".

De hecho, esta editorial termina endureciendo fuertemente el tono y mostrándose sorprendido e incomprendido por la decisión del TEDH porque "si la Corona goza de una protección especial en la legislación es, justamente, porque simboliza la unidad y permanencia de la patria" y, por todo eso, tienen la certeza de que los dos jóvenes que quemaron las fotografías hace once años "han cometido un delito" porque "vulneran el Código Penal".

Ofensa a la democracia

ABC también sigue esta línea y argumenta su desacuerdo con la sentencia de Estrasburgo bajo el argumento que la quema de fotos es "una invitación al enfrentamiento ciudadano y a la ofensiva antidemocrática", pero aún va un paso más allá y reprueban al TEDH por "su fina sensibilidad hacia los derechos de independentistas y terroristas, y no dudan en suplantar pura y simplemente a los tribunales españoles en las competencias que a estos le son propias".

Haciendo visible su desacuerdo con la sentencia, el diario mencionado carga contra el Tribunal al considerar que no tiene competencias para "sustituir al legislador español en la determinación de las penas adecuadas al delito" y aplauden al PP, PSOE y Cs por tumbar la proposición de ERC de derogar el delito de injurias a la Corona.

De este modo desautorizan a la justicia europea asegurando que "los condenados por injurias al Rey tuvieron un juicio justo" y por eso consideran que hay que "fijar los límites a las libertades cuando está en juego el interés general".

Y es que, como el resto, para ellos "quemar una foto de los Reyes no es un ejercicio inocuo del derecho a protestar o a provocar para llamar la atención, como dicen los jueces europeos, sino una invitación a la discordia civil, al enfrentamiento ciudadano y a la ofensiva antidemocrática".

Porque la monarquía "encarna la Constitución, la nación española, las libertades democráticas y los derechos fundamentales" y, por eso, sostienen que quemar su foto "es una ofensa a la democracia".

El golpe

La Razón dedica hoy su editorial a las pensiones y solo destina un párrafo de una opinión a esta cuestión. Bajo el título "Mucho más que una protesta política", lo dicen todo en una sola frase, que usan para recordar al magistrado español que se sumó a la sentencia que "el proceso separatista catalán culminó con un golpe de Estado".

Mientras, El País sorprende hoy con su editorial y se desmarca completamente del resto de rotativos generalistas españoles. Bautizando su editorial como "Quemar fotos no es un crimen", dan la "bienvenida" a la decisión de Estrasburgo "en un país empeñado en endurecer penas y erosionar la libertad de expresión".

Con este argumento claro, el diario citado pide a la justicia y sociedad española que "modifiquen sus criterios sobre este tipo de actos porque, más allá de que resulten groseros, incívicos y desagradables, la libertad de expresión es un valor básico de las sociedades democráticas".

Y, a diferencia de muchas otras veces —sobretodo en causas judiciales relacionadas con el proceso independentista—, subrayan que "criminalizar ciertas conductas y recurrir abusivamente a los tribunales para dirimir lo que solo son provocaciones o actos inciviles no es la forma de defender instituciones democráticas que, por definición, deben estar abiertas al debate y la crítica".