Hoy, en el acto de despachos judiciales, en el Auditori había dos reyes. El rey de España, presidiendo el acto, y el rey de la fiesta, el rey de la pista, hacia donde todos dirigen sus miradas, Pablo Llarena. El magistrado instructor del caso del referéndum en el Tribunal Supremo ha protagonizado el acto más que Felipe VI. Pablo Llarena iba como consorte de la directora de la escuela judicial, Gema Espinosa, que ha abierto el acto pidiendo empatía a los nuevos jueces.

El discurso de la directora, que siempre pasa desapercibido, hoy era morboso. Todo un parlamento dedicado a la imparcialidad judicial, mientras en la quinta fila de la platea su marido lo escuchaba atentamente.

Nada más llegar, Llarena ya ha captado todas las miradas. Una hora antes del inicio del acto llegaba al Auditori solo. Una vez dentro, ha sido saludado por numerosos colegas.

jutge Llarena rient - Sergi Alcàzar

Pablo Llarena ha saludado también al jefe de los Mossos, Ferran López. Con cara de circunstancias, López parece decirle que sí, que todo va bien. Se conocen de declarar en el Tribunal Supremo. Ferran López ha sido testigo de Joaquim Forn, el conseller de Interior encerrado en Estremera desde el 2 de noviembre. Y Llarena lo interrogó no hace ni un mes.

Una vez acabado el acto, ha sido el turno para las autoridades. En el vestíbulo del Auditori se ha servido el aperitivo: cava, cerveza o refresco y foto con Felipe VI o conversación con Llarena. Este era el menú. Todo el mundo quería hablar y saludar al juez que mantiene en la prisión a medio Govern de la Generalitat, la expresidenta del Parlament y los Jordis. No sólo las autoridades, sino los nuevos jueces, sus acompañantes y sobre todo los periodistas, que poca cosa hemos podido arrancar más allá de que no puede entrar a responder decisiones que todavía no ha tomado.

Durante el aperitivo, Llarena —que no se ha separado de su mujer— ha hablado con el Rey y con el ministro de Justicia, Rafael Catalá. Se ha saludado con la cúpula fiscal encabezada por el fiscal general del Estado, Julián Sánchez Melgar, y el fiscal jefe de Catalunya, Francisco Bañeres.

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Llarena ha estado sonriendo y aparentemente tranquilo durante las más de tres horas que ha intercambiado conversación y ha sido el centro de todas las miradas. Es la primera aparición pública que ha hecho después de que Alemania dejara en libertad a Carles Puigdemont y que haya descartado el delito de rebelión. Y seguramente, será la última aparición pública antes de volver a ver a todos los procesados. Están citados los 25 a partir del lunes para comunicarles los delitos de los que están acusados.