Mireia Boya ha estado unos 15 minutos dentro de la sala de vistas declarando ante Pablo Llarena. Ha sido la que ha hecho la intervención más larga del día. De hecho, ha sido la única intervención del día.

Tal como estaba previsto ha puesto en duda la imparcialidad del magistrado Llarena, ha defensa la inviolabilidad parlamentaria, tal como hicieron ayer los ex miembro de la Mesa que también comparecieron, y ha denunciado la judicialización de la política.

"Le he dicho al juez que espero con resignación una sentencia que creo que ya está escrita" ha dicho Boya al salir del Tribunal Supremo. Dentro de la sala la ex diputada de la CUP le ha dicho a Llarena que el caso "es una politización de la justicia. El juicio real será en instancias internacionales".

Mireia Boya ha explicado que le ha expuesto a Llarena que este juicio es "teatro, pantomima política." Boya ha remarcado que internacionalmente, más de un país ha reconocido que es un juicio político y que se están vulnerando muchos derechos procesales.

Boya sólo ha respondido las preguntas del juez y ha reafirmado todo lo que dijo en la declaración anterior del 14 de febrero. La ex diputada de la CUP ha querido remarcar hoy que "todas las iniciativas parlamentarias nacían de un programa electoral que era vigente, que era legal. Nacían también de la voluntad democrática después de las elecciones del 27 de septiembre del 2015 y de la parálisis política institucional por la ausencia de diálogo total y absoluto del gobierno del estado español".

"Ante este panorama la única cosa que podiamos hacer era seguir adelante obedeciendo el mandato popular", ha concluido Boya que ha explicado su declaración a la prensa en la puerta del Tribunal Supremo.

"Si quiere se lo cambio por rebelión"

La ex diputada de la CUP ha criticado la imparcialidad del proceso judicial: "Los autos tienen indicios de parcialidad". Y ha dicho que no reconoce el delito de desobediencia, por lo que Llarena ha intervenido con un cierto tono burlón para decirle si prefiere que le canvien el delito y la procese por rebelión: "Si quiere se lo cambio por rebelión".

Y es que Boya ha comparado sus hechos con los de Carme Forcadell, que está en la prisión de Alcalà Meco acusada de rebelión. Para la exdiputada de la CUP no tiene sentido que ella, que entró iniciativas parlamentarias, esté procesada por desobediencia y la presidenta del Parlamento, que permite el debate político, lo esté por rebelión.