Manuel Marchena espera el juicio al procés "con serenidad y la calma con la que hay que afrontarlo", son las únicas declaraciones que le han podido arrancar los periodistas durante la entrega de unos premios donde, aunque no estaba prevista su asistencia, finalmente se ha dejado caer.

Marchena fuera del Tribunal Supremo, mientras toda la logística no para, destaca que ahora viene un "tiempo de silencio". En menos de 24 horas empieza uno de los juicios más complicados que tiene que afrontar el Supremo. Tanto con respecto a los delitos y los acusados así como por la logística que se ha preparado para desarrollar y emitir un juicio que se alargará unos tres meses.

El juicio empieza mañana a las 10 de la mañana. Antes habrán llegado a los calabozos de la Audiencia Nacional, que está justo al lado, los presos desde las prisiones de Soto del Real y Alcalá Meco. Hoy ocupan su tiempo entre las últimas reuniones con los abogados y las visitas familiares.

En Atocha ya han llegado algunos familiares, como la mujer y las hijas de Joaquim Forn, que han tenido el tiempo justo de alquilar un coche y dirigirse directamente hacia la prisión. Con ellas llegaba también la abogada de Meritxell Borràs. Junto con Xavier Melero llevan la defensa de Forn y hoy decidirán dónde se sentará el conseller de Interior, si en el banquillo de los acusados o con su abogado.

Es la pregunta del día en Madrid. ¿Dónde se sentarán los abogados?

Andreu Van den Eynde, que coordina la defensa de ERC, pidió tener al lado a sus clientes para ir retocando la estrategia de defensa a medida que avancen las sesiones y ahorrarse reuniones largas en la sala anexa y en la prisión. Se lo han concedido. Por lo tanto, Oriol Junqueras, Raül Romeva y Carme Forcadell se sentarán en la bancada de las defensas. Ya veremos si mañana ya estarán o bien esperarán a empezar las declaraciones.

Los acusados del PDeCAT no saben todavía qué harán, pero todo hace pensar que sí que se sentarán en el banquillo de los acusados, frente a frente del tribunal que los juzga.

La imagen no será unitaria, como no lo han sido tampoco las estrategias de defensa que se han seguido durando toda la instrucción.

El idioma es la otra pregunta del día. El Tribunal Supremo ha preparado dos traductores.

Sànchez, Rull y Turull declararán en castellano si la traducción es consecutiva, como está previsto. El abogado Jordi Pina dice que quieren reivindicar el derecho a defenderse en la propia lengua, pero que priorizarán poder explicarse "espontáneamente".

Tampoco se prevé que los acusados de ERC declaren en catalán. Junqueras y Romeva intervendrán en castellano. Ni se han planteado hacerlo de ninguna otra manera, ya que quieren que su mensaje llegue claramente y sin intermediarios.

Las defensas trenzan líneas diferentes aunque trabajan coordinadas, pero cada una priorizando los puntos fuertes de su defensa y el mensaje que quieren dar al mundo.

Y es que todas las miradas estarán fijadas en el Supremo. Hay más de 600 periodistas acreditados que hacen el seguimiento desde dentro y desde fuera del alto tribunal.

En la planta baja del Supremo, donde está la sala de prensa, todo son nervios.

En la segunda planta, donde está la sala de plenos en la que se hará el juicio y la biblioteca y el salón de actos donde se ubicará la prensa, está todo a punto y todo cerrado también. Hoy ya no puede entrar nadie.

En la plaza de la Villa de París, donde está la puerta principal de Supremo, las vallas acordonando la zona mientras las televisiones hacen los directos para los informativos del mediodía. Las televisiones españolas, los medios catalanes y también los internacionales.