El independentismo ha llenado este jueves las calles de Bruselas con la manifestación más grande que nunca había vivido la ciudad. 45.000 personas, según la policía de Bruselas, aunque fuentes de la organización aseguran que la policía federal belga ha cifrado la participación en más de 60.000 personas. "Hoy estamos escribiendo otra página de la historia de Europa. Una página preciosa de aquellas en que se reconocerá cualquier demócrata", ha proclamado el president, Carles Puigdemont.

Las dimensiones de la manifestación han desbordado las previsiones de la policía, que han obligado a cambiar el recorrido media hora antes del comienzo del acto. Eso ha provocado un cierto caos. Ni el president, Carles Puigdemont, ni el conseller Toni Comín, ni la secretaria general de ERC, Marta Rovira, han podido llegar a la cabecera que ha arrancado encabezada por los actuales responsables de las entidades, Agustí Alcoberro (ACN) y Marcel Mauri (Òmnium) así como la presidenta de la AMI, Neus Lloveras, cuando ha arrancado.

Al cabo de un rato, se ha podido sumar la secretaria general de ERC, pero el president y el conseller Toni Comín no han conseguido llegar hasta el último tramo del recorrido.

Cuando, finalmente, la cabecera de la manifestación ha conseguido llegar hasta Puigdemont, la gente se ha entregado para saludar al president y los cordones de seguridad han quedado desbordados durante unos minutos de mucho nerviosismo en que la policía se afanaba por recuperar al president de la nube de gente y periodistas donde ha quedado atrapado. Con él iba también el exconseller Francesc Homs y el expresident Artur Mas.

"Puigdemont, nuestro president", "somos república" y "presos políticos libertad" son algunos de los lemas que se han coreado. La marcha ha transcurrido sin ningún problema. En un momento del recorrido desde un balcón donde habían colgado banderas españolas se ha puesto con máximo volumen el Que viva España de Manolo Escobar, ante el cual los manifestantes han respondido con el Adéu siau. Todo ha quedado como una anécdota.

Antes de llegar al escenario se ha añadido al frío y el viento intenso la lluvia. No ha impedido que la gente —incluida la cabecera— siguiera los parlamentos estoicamente bajo la lluvia. El acto ha empezado con la interpretación del Himno a la Alegría —con evidentes problemas para afinar a causa del intenso frío agravado por la espera—. Acto seguido, han tenido lugar los parlamentos del vicepresidente de la ANC, Agustí Alcoberro, y de Òmnium, Marcel Mauri.

Los dos han denunciado persecución y vulneración de los derechos fundamentales en Catalunya que han tildado de aberración. "Nuestra voluntad es insobornable, pronto la bandera europea tendrá una nueva estrella y de color amarillo", ha pronosticado Alcoberro, mientras Mauri ha advertido: "Somos un pueblo abierto y plural. Catalunya, país europeísta y mediterráneo, mira hoy a Europa. Hay presos políticos y gobernantes en el exilio. Si la democracia está en peligro en un Estado, está en peligro en toda la unión".