Alemania ha advertido a España que si el juez Pablo Llarena recurre finalmente al Tribunal de Justicia de la UE, con sede en Luxemburgo, contra la decisión de la Justicia alemana de poner en libertad al president Carles Puigdemont y de excluir el delito de rebelión será un choque institucional de alto nivel, según informa la prensa alemana.

La posibilidad de que anunció el viernes el Tribunal Supremo español preocupa en Berlín, porque significaría un enfrentamiento en la UE entre la Justicia española y la alemana. El semanario Der Spiegel señala que, después de las tensiones que aparecieron el fin de semana entre Madrid y Berlín, llevar el caso a la UE representaría un encontronazo serio y este sería "al más alto nivel".

Coincidiendo con estas advertencias hoy ha trascendido que Llarena ha aparcado de momento la opción de recurrir al Tribunal de Justicia de la Unión Europea, según informa el diario Ara. Llarena se esperará a decidir si presenta una cuestión prejudicial en el Tribunal, hasta que quede claro si se extradita o no a Puigdemont.

El malestar de la cancillería alemana con las autoridades españolas es notorio, y no sólo por este caso i porque desde el entorno del partido gubernamental se estan produciendo muestras de germanofobia, sino también por tensiones diplomáticas. Los gestos son significativos. Cuando el sábado se produjo el atropello en la ciudad de Münster, muchos líderes europeos telefonearon a la canciller Angela Merkel, pero no fue el caso del presidente español, Mariano Rajoy. España "tan sólo" envió un telegrama de pésame, según explica el Frankfurter Allgemeine Zeitung. También cita como distorsiones las afirmaciones del eurodiputado del PP Esteban González Pons cuestionando el acuerdo fronterizo de Schengen.

La polémica con Katarina Barley

Un caso aparte son las declaraciones de la ministra de Justicia alemana, la socialdemócrata Katarina Barley, en las que daba apoyo al Tribunal de Schleswig-Holstein y advertía de que a España no le será fácil probar la acusación de malversación contra Puigdemont porque por ahora no ha aportado datos. La afirmación irritó al gobierno español, y causó una protesta formal.

La ministra entiende que el diario le publicó una conversación que en realidad era off the record, y eso es lo que ha comunicado en una llamada telefónica con su homólogo, Rafael Catalá, según la prensa alemana. El gobierno alemán ha tapado la cuestión como ha podido, pero lejos de una rectificación de fondo, que haría peligrar el gobierno de coalición CDU-SPD.

El ministerio de Justicia alemán sigue sin ver fácil la extradición de Puigdemont. La consigna de la cancillería es favorecer todo lo que sea desescalar en el conflicto entre Catalunya y el Estado español, y en eso existe coincidencia de criterio entre democristianos y socialdemócratas.