El testimonio del comisario de los Mossos Manuel Castellví en el juicio al procés ha recibido ovaciones de los medios partidarios de la teoría del golpe de Estado y también críticas de sectores independentistas que consideran que ha traicionado la causa. A pesar de las versiones hooligans que inevitablemente se van imponiendo, creo que es de justicia afirmar que su declaración es la que desmonta más claramente la tesis de la fiscalía sobre la rebelión y la sedición.

Los testimonios de los mandos de las policías estatales han verbalizado incluso con frases calcadas todo lo que dice el escrito de acusación de la fiscalía acusando el cuerpo de los Mossos de complicidad en la celebración del referéndum. En los criterios expuestos por el coronel Pérez de los Cobos, de trayectoria franquista conocida, y por el comisario Castellví, se nota mucho la diferencia entre una concepción represiva de las fuerzas de seguridad y el planteamiento de servicio a la comunidad propio de una policía democrática del siglo XXI que hace uso de la fuerza sólo cuando es estrictamente necesario.

Para argumentar la rebelión, la conspiración para la rebelión y la sedición, el relato de la fiscalía no se podía conformar con las movilizaciones del 20 de septiembre y el 1 de octubre. Es imposible una insurrección sin "un cuerpo policial armado" tal como describe la fiscalía a los Mossos. La policía catalana era, pues, según la acusación, la fuerza de ataque que tenía que hacer efectiva la independencia de Catalunya. Y los Mossos han crecido con una filosofía diferente que tampoco gusta a los sectores más ideologizados del independentismo.

La declaración del comisario Castellví no es la propia de un delator, ni de un traidor como se ha querido presentar, porque no hace más culpables a los consellers de lo que ellos mismos están dispuestos a asumir

La declaración del comisario Castellví deja claro de entrada que los Mossos decidieron el operativo del 1 de octubre de acuerdo con sus protocolos de seguridad, que no recibieron órdenes políticas y que incluso advirtieron al president Puigdemont de que, en todo caso, obedecerían a la magistrada Mercedes de Armas que les ordenó "adoptar todas aquellas medidas que impidan la consecución del referéndum ... sin afectar a la normal convivencia ciudadana". También dijo el comisario que advirtió al president de la posibilidad de que se produjeran escenas de violencia, a lo cual Puigdemont respondió que seguiría "el mandato del pueblo", que era una manera de asumir la responsabilidad.

Comentaristas de una y otra parte consideran que esta declaración inculpa sin rodeos al president de la Generalitat y los consellers que le apoyaron. Sin embargo, esto estaba fuera de duda. Casi todos los consellers que han declarado en el juicio han reafirmado orgullosos su compromiso con la convocatoria del referéndum. Todos animaron a la participación y todos fueron a votar sin ocultar que conocían la suspensión dictada por el Tribunal Constitucional. Y argumentaron que tomaron la decisión "ponderando" el principio democrático por delante de la suspensión del Constitucional.

Por lo tanto, la declaración del comisario Castellví no es la propia de un delator, ni de un traidor como se ha querido presentar, porque no hace más culpables a los consellers de lo que ellos mismos están dispuestos a asumir, con el argumento de que convocar un referéndum sin tener competencias para hacerlo había sido despenalizado en la reforma del Código Penal de 2005, que en su exposición de motivos afirma que la convocatoria de un referéndum "no merece reproche penal".

Todas las declaraciones de los responsables policiales de todos los cuerpos han dejado claro que de los operativos se encargan ellos, nunca los responsables políticos. Rajoy, Sáenz de Santamaría y Zoido fueron tan taxativos jurando que no intervinieron como lo prometió, por su parte, el conseller Forn. Y entonces cuando la abogada del Estado le pregunta al comisario Castellví por el fracaso del dispositivo, dado que no se pudo detener el referéndum, la respuesta del comisario de los Mossos, fue definitiva: "Fue insuficiente porque en el análisis de riesgos nos equivocamos todos [Policía Nacional, Guardia Civil y Mossos] y no previmos el gran movimiento social del 1 de octubre". Castellví dijo verdad.