Noventa minutos de partido, treinta minutos de prórroga y unos penaltis decisivos. España se marcha del Mundial de Rusia 2018 después de caer en los penaltis contra Rusia (1-1). Los errores de Koke e Iago Aspas desde los once metros han acabado sentenciando al combinado español.

Una única filosofia de juego

Tercer partido de los octavos de final del Mundial y 120 minutos de partido con una misma tónica: España dominando y Rusia defendiendo. El combinado español nunca en la historia de los Mundiales y Eurocopas había ganado a ningún anfitrión, y este era el gran reto que tenían por delante para seguir vivos en la cita mundialista.

España ha salido muy apuesta, conscientes de que la posesión de la pelota era su gran arma para pasar de ronda, pero también con muchas novedades. Iniesta se ha quedado por sorpresa en el banquillo, además de Thiago y Carvajal. Fernando Hierro ha hecho cambios y ha dado entrada a Asensio, Nacho y Koke para formar un doble pivote. Y el combinado español ha puesto en marcha su maquinaria del toque.

Rusia, espoleada por un estadio de Luzhnikí de Moscú lleno hasta la bandera, ha querido combatir a España con el contragolpe. Esperando siempre por detrás del balón, pero con muy poca incidencia en el juego. Poco a poco los españoles han ido confirmando su superioridad. Posesión total para los de Hierro, sin oposición, jugadas infinitas, pero sin llegadas claras.

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Dos regalos

Y en el primer balón colgado en el área en el minuto 12 ha llegado el gol español. Asensio envía el esférico al segundo palo en una falta lateral, y allí luchan Sergio Ramos y Sergey Ignashevich. Finalmente, los dos han acabado en el suelo, pero el veterano defensa ruso ha introducido el balón en su portería.

La recompensa española se ha trasladado con todavía más dominio sobre el césped. Isco ha liderado el recital que ha llegado a casi el 80% de posesión, pero Rusia no se ha escondido y ha aprovechado un regalo español.

Pocos minutos antes de la media parte del partido el combinado anfitrión ha sacado un córner que ha sido la antesala del empate. Piqué ha saltado con los brazos en alto y el remate de cabeza de los rusos ha acabado parándolo con el brazo el central del Barça. Penalti muy claro que Dzyuba no ha desperdiciado poniendo el empate en el marcador.

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Una prórroga y unos penaltis inevitables

Y ya en la segunda mitad todo ha seguido igual. La pelota, la posesión, el dominio y todo el juego pasaba por las botas españolas. Los rusos se han dedicado a esperar, a defenderse y a probar pases largos para encontrarse con una ocasión de cara.

Un guion muy repetido durante el partido, cambiando algunas figuras y dando entrada a Iniesta, Aspas y Carvajal, pero sin soluciones. Los últimos metros se les han atragantado al combinado español. Y todo hacía presagiar que el camino era el de una prórroga inevitable.

Y en los treinta minutos extra ha aparecido el cansancio. Los dos conjuntos han bajado el ritmo por culpa del fondo que ya empezaba a disminuir. Pero el balón también era español. España ha llegado a superar los 1.000 pases, consiguiendo un nuevo récord que no se batía desde 1966. Y Rusia ha sobrevivido con sólo un disparo a portería: el penalti que han transformado.

Finalmente lo que los rusos deseaban, pero los españoles no querían ni ver, ha llegado. Primer partido de este Mundial que tiene prórroga y también primeros penaltis. Y desde el punto de los once metros Rusia ha sido superior. Los errores de Koke y Iago Aspas han dejado a España fuera del Mundial. Control total del partido, pero derrota por 3-4 en los penaltis.