El polaco Donald Tusk ha sido reelegido este jueves como presidente del Consejo Europeo a pesar de no contar con la confianza de su propio país, Polonia. En un tuit, Tusk ha agradecido "la confianza" y la "valoración positiva" de los líderes europeos. "Haré todo lo que pueda para mejorar la Unión Europea", ha asegurado.

El gobierno polaco, liderado por Beata Szydlo, del partido ultraconservador Ley y Justicia, había mostrado su oposición a Tusk, a quién acusa de querer desestabilizar al ejecutivo de Varsovia. "No estamos de acuerdo en que el presidente del Consejo Europeo, sea quien sea, se escoja sin el consentimiento de su país", ha dicho Szydlo antes de la reunión.

El mandato de Donald Tusk al frente del Consejo Europeo expiraba a finales de mayo, y los líderes europeos querían renovarle la confianza antes de la cumbre del 25 de marzo, cuando se cumplirán los 60 años del Tratado de Roma. Pero el gobierno de Varsovia no quería que el ex primer ministro polaco siguiera en el cargo, en una actitud sin precedentes en la UE.

De hecho, Varsovia nominó esta semana un eurodiputado polaco, Jacek Saryusz-Wolski, como candidato alternativo a Tusk. El grupo popular europeo, como respuesta, expulsó Saryusz-Wolksi del partido y le retiró la vicepresidencia de la Eurocámara.

Con la confirmación de Tusk al frente del Consejo, el partido popular europeo rindió el control de las tres grandes instituciones: Comisión, Parlamento y Consejo.