Después de que fuera despedida de su trabajo el año pasado, y de que la Fiscalía la imputara este septiembre por vandalismo por haber hecho la zancadilla a diferentes refugiados que intentaban cruzar la frontera entre Hungría y Serbia, entre ellos uno que llevaba a su hijo en brazos, la reportera húngara Petra Laszlo ha sido galardonada con un premio por un documental sobre la revolución húngara de 1956 contra la república y las políticas.

La paradoja de todo es que este reportaje relata cómo más de 200.000 húngaros tuvieron que huir del país para evitar encontrarse inmersos en estos enfrentamientos y acabaron convirtiéndose, pues, en refugiados. El portavoz del gobierno húngaro, Zoltan Kovács, justificó la entrega del premio el viernes pasado bajo el argumento de que "los refugiados húngaros de 1956 no son lo mismo que los de hoy".

Hace un año, cuando Laszlo perdió el trabajo en el canal N1 de Hungría y muchos tuiteros la tildaban como la "periodista más odiada del mundo", se excusó públicamente diciendo que "siento mucho lo que ha pasado" y asegurando: "Prácticamente estoy en estado de shock por lo que hice y por lo que están haciendo conmigo".

Curiosamente, uno de los refugiados a quien pateó, Osama Abdul Mohsen, vino a vivir a España al ser contratado por la Escuela Nacional de Entrenadores de Fútbol, pero hace poco fue despedido por su "dificultad" para aprender el castellano.